Dice Woody Allen que lo mejor que te pueden decir en la vida no es «te quiero» sino «es benigno». Quizá por eso, Lupe, la protagonista de Que no, que no me muero (Modernito Books, 19,95 E), que tuvo de escuchar de un médico justo lo contrario, adopta una postura de «cabreo casi perpetuo, se enfrenta a la adversidad casi enfadada», cuenta María Hernández Martí, la periodista de Las Palmas autora de los cuentos que el dibujante Javi de Castro ha convertido en una divertida y también subyugante novela gráfica sobre una mujer de 38 años con cáncer.

A María, como a Lupe, también le diagnosticaron en su día un cáncer de mama pero no sólo a ella, también a su hermana. Y de esa experiencia compartida pero también del trajín de hospitales, médicos, enfermeros y de lo que veía ha surgido ese libro, editado por Modernito Books, y que la periodista malagueña Esperanza Peláez presentó la semana pasada en la Librería Luces de Málaga, una ciudad que la canaria conoce muy bien porque trabajó en ella hace tres lustros para el diario El País.

«Yo soy una escritora tipo urraca, de ir cogiendo cosas que veo, las cosas que brillan y me llaman la atención», explica. María ya había publicado un libro de cuentos, Vida tinta, en 2008 pero lo curioso es que Que no, que no me muero comenzó como un blog en el que la propia periodista informaba a sus amistades de la evolución de la enfermedad. «Iba dando información básica, lo mínimo, cuatro rayas y no más. Una de las cosas más estresantes y cansadas es la dimensión social de la enfermedad, como he vivido en muchas ciudades y tengo muchos vínculos cercanos con bastante gente, era una manera de mantenerlos informados».

Pero esos datos escuetos, poco a poco dieron paso a unos cuentos: «Iba a la quimioterapia con un cuadernito, empecé a tomar notas porque veía historias y pasé de la nota informativa a la cosa narrativa», detalla.

Y una de las lectoras de esos relatos fue Sheila Melhem, la editora de Modernito Books: «Se imprimió los cuentos, se reía en la sala del aeropuerto y se dijo, cómo me puedo estar riendo cuando lo que me cuenta esta mujer son desgracias, y pensó que había material para un libro de cuentos».

Esa mezcla de cabreo e ironía frente a la enfermedad fue lo que le atrajo, pero ese inicial proyecto de un libro de relatos cambió «porque pensó que mi forma de escribir se prestaba más a la novela gráfica».

La elección del dibujante fue dura, pero el elegido, Javi de Castro, colmó las expectativas de la periodista y la editora. En cuanto al proceso de creación del libro, María Hernández cuenta que duró 14 meses: «Trabajamos muy duro, Javi nos mandaba cada capítulo esbozado y Sheila y yo nos reuníamos, le mandábamos un correo y luego él incorporaba lo que le decíamos, entintaba y le daba los colores».

El resultado ha gustado mucho a la creadora de Lupe pero también a dibujantes españoles de la talla profesional de Miguel Gallardo y Paco Roca, quien además se ofreció para presentar la novela gráfica en Valencia.

María, que como su hermana ha dejado atrás el cáncer de mama, subraya que no ha buscado ni dar testimonio ni que el libro sea de autoayuda: «Sólo he querido contar historias, escribir para cualquiera».

Lupe, siempre rebelde, se enfrenta al cáncer con indignación y humor y acaba superándolo. Seguro que Woody Allen aplaudía la fórmula.