­Maquillaje y peluquería para convertirse en modelo por un día. Los nervios previos a la pasarela forman parte del ritual, así como las luces, los flashes y un público entregado. Enfrentarse a una mastectomía es una de las secuelas más duras para aquellas mujeres que han luchado contra el cáncer y han sobrevivido a él. Un triunfo que hay que mostrar con orgullo con acciones como la que tuvo lugar en la tarde de ayer, cuando seis malagueñas que han superado la enfermedad y la cirugía desfilaron en el hotel NH, un año más, para lucir lencería y ropa de baño.

Dos debutaron, las otras cuatro repetían. Ya hace casi veinte años desde que la Asociación para la Atención a Mujeres operadas de Cáncer de Mama de Málaga pusiera en marcha la iniciativa y cada año la experiencia es más satisfactoria. «Al principio costaba encontrar modelos porque la mayoría sentía reparo o no se mostraba lo suficiente confiada para subirse a una pasarela, pero afortunadamente la complejidad viene motivada ahora por algo muy distinto, y es que cada vez menos mujeres son sometidas a esta cirugía», explica Francisca Aguilar, presidenta de la asociación desde hace más de doce años.

La idea surgió cuando esta pionera vio la necesidad de mostrar al resto de las mujeres una realidad poco conocida para muchas y no exenta de trabas. Encontrar lencería y bañadores o bikinis es una tarea complicada para las que como ella conviven con las consecuencias de dicha operación. Solo pueden adquirirse en ortopedias o tiendas muy especializadas y sus elevados precios tampoco ayudan. Los sujetadores están a la venta a partir de los 50 euros y en el caso de la ropa de baño suelen oscilar entre los 90 y los 120 euros.

«Todo ha cambiado mucho. Ahora hay más variedad de modelos y algunos de ellos son hasta modernos», bromea la responsable de Asamma. La detección temprana permite en un porcentaje superior de casos la cirugía conservadora en detrimento de otras prácticas más agresivas y la reconstrucción de los senos es cada vez más habitual. Otro aspecto positivo es la reducción de los tiempos de espera quirúrgica para las intervenciones de reconstrucción mamaria, que actualmente se sitúan en torno a los dos años.

La organización del desfile contó, además, con la Ortopedia Rico-Néstares, que lleva participando en el evento desde sus inicios, y Casa ANITA, una de las tres empresas que comercializa este tipo de prendas, según Aguilar.

Labor imprescindible. Desde que se fundase hace 25 años, la asociación ha prestado ayuda psicológica a pacientes y familiares o amigos, ha ofrecido el testimonio real de mujeres valientes y ha contribuido a una mejor calidad de vida con servicios de fisioterapia. Sus bases registran ya más de 700 mujeres atendidas en algún momento y unas 400 participan activamente en la labor de la institución. Todas coinciden en que los primeros años son muy difíciles y hacerlos más llevaderos es su razón de ser.