La Inspección de Trabajo de Málaga se prepara para su particular «temporada alta» de visitas a los negocios del sector de la hostelería con el objetivo de combatir tanto el empleo sumergido (trabajadores sin alta laboral) como el uso abusivo de los contratos a tiempo parcial por parte de algunos empresarios, que camuflan así lo que en realidad son jornadas completas de sus empleados. El jefe de este organismo en Málaga, Alfonso Conejo, explicó ayer a este periódico que este año se realizarán en la provincia unas 1.800 inspecciones en la campaña especial de la hostelería y recordó que alrededor del 70% de estos controles (casi 1.300) se realizarán precisamente entre mayo y septiembre, coincidiendo con los meses más fuertes de la campaña turística.

El año pasado, la campaña de hostelería registró en Málaga un número similar de inspecciones a bares, restaurantes, cafeterías, chiringuitos o discotecas y se saldó con casi 540 infracciones detectadas y unos 660 trabajadores regularizados (bien porque no tenían contrato o porque echaban un 50% más de horas de las que estipulaba su jornada), junto a propuestas de multa a las empresas por valor de casi 2,5 millones de euros. La cifra de empleo «aflorado», como se conoce a todos estos casos, fue en 2015 muy parecida a la del ejercicio anterior. A nivel nacional, la Inspección lleva realizando esta campaña especial de hostelería desde hace diez años, con especial incidencia en las provincias de mayor tirón turístico, caso de Málaga

«Los controles en la hostelería se hacen repartidos durante todo el año pero es a partir de finales de este mes cuando empezamos a intensificarlos hasta el final del verano. Ahora mismo estamos programando ese calendario de visitas. Se hacen siempre por sorpresa y en bastantes casos durante los fines de semana, porque sabemos que son jornadas de gran actividad. También hay controles en horario nocturno», comenta Conejo. Las inspecciones se reparten por todas las zonas de la provincia aunque, lógicamente, la capital y la Costa del Sol tienen una vigilancia más intensa por la especial pujanza hostelera en estos municipios.

El jefe de la Inspección apuntó que el Ministerio no ha incluido este año formalmente entre sus directrices el apartado especial desarrollado otros ejercicios (principalmente en los meses de mayo y junio) en el segmento de eventos, donde se integra el popular trío de celebraciones formado por bodas, bautizos y comuniones. «Eso no quiere decir que vayamos a dejar de vigilar este tipo de eventos, pero lo haremos dentro del programa general de inspecciones que programemos en estos meses», afirmó.

Conejo confirmó que las mayores irregularidades que se detectan en estas campañas se refieren a personas que trabajan sin estar dadas de alta y a trabajadores que, a pesar de tener un contrato a tiempo parcial, terminan echando muchas más horas de las que marca su jornada, un fenómeno denunciado constantemente por los sindicatos. En todo caso, la Inspección ya ha señalado en varias ocasiones que Málaga no es una provincia con tasas de economía sumergida muy por encima de la media, sino que se mueve en los porcentajes propios de las provincias mediterráneas, todas ellas con gran peso del turismo y la hostelería.

La legislación establece que una empresa que acoja a personas sin contrato se enfrenta a una multa de 3.126 euros por trabajador, con recargos a partir del 20% conforme sube el número de afectados y aplicaciones de agravantes en relación al número de meses en que se haya mantenido la situación irregular. En cuanto a las infracciones por fraude en el uso de la jornada a tiempo parcial, la multa para la empresa es de un mínimo de 626 euros, aunque luego se pueden aplicar agravantes. Además, se obliga a estos negocios a hacer al trabajador un contrato acorde al desempeño real.

Fraude en contratos por horas. Los sindicatos respaldan la labor desempeñada por la Inspección aunque aseguran que el empleo aflorado en estas campañas constituye sólo la «punta del iceberg» de este fenómeno. El responsable de Turismo de CCOO, Gonzalo Fuentes, afirmó que el principal obstáculo reside en las limitaciones de personal que tiene la Inspección, lo que impide peinar el sector de forma significativa. En Málaga, los controles son realizados por unos 25 subinspectores que, lógicamente, también realizar visitas en otros sectores. La cifra es considerada insuficiente para una provincia de tanta actividad económica.

CCOO añadió que el peso de la contratación a tiempo parcial avanza año tras año y constituye «un verdadero foco de economía sumergida» en segmentos como la hostelería. «Hay personas que están contratadas dos o cuatro horas al día pero que en realidad echan ocho o más y descansan sólo un día», señala.

Por otro lado, Fuentes afirmó también que pedirán a la Inspección que levante acta de infracción y sancione a las empresas del sector que no apliquen el convenio de hostelería a sus trabajadores. Citó el caso de los hoteles que externalizan el servicio de limpieza de habitaciones con otras empresas, lo que provoca que haya camareras de pisos que cobran hasta un 40% menos que las compañeras que sí están acogidas al convenio de sector. «Entendemos que son prácticas de competencia desleal entre empresas y de discriminación social para los trabajadores. En Baleares, la Inspección prioriza el convenio sectorial y queremos que en Málaga se haga lo mismo», dijo.