Vítores y fanfarria por un lado. Abucheos e insultos por otro. La moción presentada ayer por Málaga Ahora y que pedía la eliminación de la partida presupuestaria de 134.000 euros que dedica la Diputación a la promoción de asuntos taurinos quedó rechazada, dejando un rastro de vodevil en el pleno, indigno de una institución que representa a todos los malagueños de la provincia y a la que, si se hace uso del derecho de asistir a sus sesiones plenarias, se le debe un mínimo de respeto. Al menos, en lo que a mantener las formas respecta. Con el graderío dividido entre taurinos y antitaurinos, aderezado con un elevado grado de infantilismo, los asistentes de ambos bandos se enfrascaron en una disputa que acabó con un antitaurino desalojado y con una taurina, que entró en las provocaciones, de los nervios. Antes de que se tumbara la moción con los votos en contra del PP y del PSOE, y la abstención de Ciudadanos, la portavoz de Málaga Ahora, Rosa Galindo, había sentenciado que «la tortura no se puede considerar como cultura» y exigió que el dinero empleado en asuntos taurinos se revierta en asuntos de índole social. Por su parte, el diputado del PP Víctor González hiló un discurso sólido en defensa de los toros, aludiendo al empleo que genera el sector. No obstante, hizo una alusión innecesaria a la cabalgata de reyes y a Manuela Carmena para mostrar una intención oscura de acabar con las tradiciones.