La Junta de Andalucía lleva tres años de silencio sobre el protocolo de colaboración remitido por la Fundación Ciedes para colaborar en el adecentamiento del cauce del Guadalmedina. Tras ese tiempo la única respuesta ha sido frenar el primer proyecto presentado para reutilizar el cauce, como es la construcción de una senda ciclista y peatonal entre La Goleta y el Limonero. Eso y hacer una llamada al diálogo al Ayuntamiento para «desatascar» este proyecto, pese a que en ese tiempo no ha querido firmar el protocolo de colaboración suscrito por otras administraciones.

Hay que ser «escrupulosos» con el cumplimiento de la norma», aseguraba ayer el consejero de Medio Ambiente, José Fiscal, defendiendo la negativa de su departamento a la construcción de la senda junto al cauce. La decisión no sentó nada bien en el Ayuntamiento.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, acusaba el martes a la Junta de «una lentitud incomprensible» y con «falta de entusiasmo» en este proyecto. Pero ayer el grupo municipal de Málaga para la Gente-IU ahondaba en esta crítica y recordaba que la senda no se construye en el cauce, por lo que no obstaculiza la capacidad de desagüe del cauce. Es más, el portavoz de IU, Eduardo Zorrilla, acusaba directamente a la administración autonómica de dejación de sus responsabilidades, al no reforestar el cauce medio y alto del Guadalmedina, actuación clave para evitar grandes avenidas de agua.

Zorrilla insistió en que la negativa de la Consejería de Medio Ambiente a la construcción de la senda, que está presupuestada, «hace pensar que la Junta desconoce lo que viene planteando la Fundación Ciedes, de la que, por cierto, forma parte».

El concejal recordó que lo único que se plantea es una senda peatonal y ciclista en el borde oriental, que «no afecta para nada al río y que no supone acción ambiental alguna en el cauce».

Además, Zorrilla recordó que la Fundación Ciedes también ha planteado un aliviadero subterráneo que aumenta la capacidad de desagüe en caso de fuertes lluvias y que garantiza la seguridad.

La Junta, insiste. Mientras las críticas arrecian, el consejero de Medio Ambiente seguía ayer con su argumentario y sin salirse un ápice: «Estamos trabajando para que este proyecto sea una realidad siempre con el más escrupuloso respeto a la norma». «Somos responsables y ha de hacerse de una manera adecuada a la norma y que no suponga ningún riesgo para la población», afirmó José Fiscal, quien reiteró que «cuando ponemos objeciones a un proyecto no lo hacemos de forma arbitraria, sino que nos amparamos en unos informes técnicos que nos conminan a determinadas decisiones».