Con una sonrisa de oreja a oreja, Antonia nos cuenta cómo se enteró de la existencia del proyecto de «Atención urgente a necesidades básicas» de Cruz Roja Española en Málaga. Se quedó en paro hace unos años, al igual que su marido. «Yo soy muy optimista», afirma, «pero llegó un momento en el que me vi en una situación en la que necesitaba ayuda». Tras entrar en contacto con una trabajadora social, le hablaron de un proyecto de Cruz Roja como apoyo a personas que se encuentran en riesgo de exclusión social. Antonia fue una de sus primeras usuarias este año.

Cuando nos relata su experiencia con Cruz Roja, Antonia agradece las prestaciones recibidas, pero resalta sobre todo la oportunidad de haber conocido a otras personas. «El compañerismo es lo que a mí me ha salvado», asegura. «Gracias a este proyecto he podido salir de mi casa, me he dado cuenta de que hay gente en igual o peor situación. Eso te anima a seguir para adelante ayudándonos los unos a los otros», destaca.

Desde el proyecto de «Atención urgente a necesidades básicas» se presta apoyo para asumir el pago de facturas, pero además se ofrece optimismo, una meta por la que luchar, nuevos amigos que pasan por las mismas circunstancias difíciles. «Si nos podemos dar un capricho, nos vamos a tomar un café juntos y pasamos un buen rato; incluso tenemos un grupo de whatsapp» nos confiesa riéndose: «Le queríamos poner de nombre Las chicas de la Cruz Roja, pero había hombres también, así que hemos terminado llamándole Los talleres de la Cruz Roja».

En el bolso lleva su «Pasaporte para la activación», un documento en el que vienen recogidos todos los talleres que le ofrece Cruz Roja. «Me han venido muy bien. Por ejemplo, gracias a la charla sobre consumo doméstico, aprendí que podía reducir el gasto de mi factura de la luz». Desde Cruz Roja se le echó una mano para regularizar sus facturas y para financiar unas gafas graduadas nuevas: «Cruz Roja ha cambiado completamente mi vida». Su próximo taller será sobre búsqueda de empleo por internet.

El proyecto cuenta además con la asistencia de dos voluntarias para que la persona usuaria pueda explicar cómo se siente. Antonia confiesa cómo en una primera cita pudo dar rienda suelta a toda la frustración que guardaba: «Fue un primer paso para mejorar». La segunda cita fue una sesión grupal: entre risas y llantos todo se supera. Antonia está muy contenta de haber podido participar y haber tenido esta experiencia, orgullosa de formar parte del primero de muchos grupos: «Habrá más personas a las que Cruz Roja ayudará, como a mí, personas que se sentirán mejor gracias a vosotros».

*Acosta es voluntaria de Comunicación de Cruz Roja Málaga