­Los ayuntamientos multan cinco veces más que la Dirección General Tráfico (DGT) y entre los diez de España que más multan figuran los de Sevilla, Málaga y Granada, mientras que el de Jaén está entre los menos sancionadores. Los consistorios de Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca son los que ejercen una mayor presión sancionadora.

Es una de las conclusiones de un estudio de Línea Directa, que ha analizado las multas de sus 1,8 millones de asegurados. En concreto se ha fijado en 675.000 multas de todas las administraciones y ha focalizado el análisis en 377.720 impuestas en las capitales de provincia.

Y lo ha hecho con los sanciones de sus asegurados porque mientras la DGT publica sus datos de multas y recaudación, los ayuntamientos, «salvo honrosas excepciones», como Madrid, por ejemplo, no los hacen públicos, como resaltó ayer el director general de Línea Directa, Francisco Valencia. Pese a que los consistorios multan más, la media de la sanción es más baja que la de la DGT: 195 euros frente a los 210 de Tráfico.

Según los datos, el 76 por ciento de las multas de circulación las imponen los ayuntamientos, el 14 por ciento la DGT y el 10 por ciento restante otras administraciones (los servicios de tráfico de Cataluña y País Vasco, algunas diputaciones y cabildos).

El top 10 de las ciudades con más mano dura con el conductor es el siguiente: Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca, Granada, Bilbao, San Sebastián, Sevilla, Valencia, Málaga y Valladolid, frente a algunas de menor presión, como Jaén.

Además, el estudio contiene una encuesta que revela que cuatro millones de conductores reconocen que han sido multados por su ayuntamiento hasta cinco veces en los cinco últimos años, pero esa presión no ha redundado en un mejor comportamiento: seis de cada diez admite que pisa el acelerador más de lo debido de forma habitual. Tampoco la presión sancionadora ha tenido un efecto positivo en la siniestralidad, ya que desde 2011 el número de accidentes con víctimas se ha incrementado un 20 por ciento en zona urbana y el número de fallecidos ha descendido solo un 3,5 por ciento frente a la disminución en un 22 por ciento en la vías interurbanas.