La tramitación de la nueva ordenanza municipal de tenencia y protección animal se ha topado con un inesperado problema legal que se espera resolver en breve. La posibilidad de incorporar la prohibición de que se instalen en la ciudad circos y atracciones de feria con animales se ha convertido en un escollo delicado para salvar. La falta de competencias municipales para aplicar esta prohibición ha frenado que se tramite la nueva normativa.

El texto definitivo de la ordenanza se remitirá esta semana a la Comisión de Ordenanza, junto con un informe de la Secretaría General y de la Asesoría Jurídica que intentan avalar una nueva redacción para esta prohibición. En ella se busca frenar la llegada de estas atracciones con animales, ya que la regulación o prohibición sólo corresponde a la administración autonómica. La clave está en encontrar el modo de incorporar esa medida sin asumir competencias ajenas, lo que invalidaría toda la ordenanza.

El concejal de Sostenibilidad, Raúl Jiménez, explicó que actualmente se aplica un decreto que pone muchas trabas a este tipo de atracciones. Sin embargo, la intención es que se incorpore a la ordenanza para darle mayor cobertura legal, aunque encontrar la redacción adecuada no está siendo fácil.

La ordenanza lleva desde febrero enredada en este galimatías legal, que le ha llevado a redactar de nuevo el polémico artículo ante la negativa de la Secretaría General a aceptar la primera propuesta y que ahora se quiere sacar a una nueva valoración para saber si se puede iniciar la tramitación.

Raúl Jiménez destacó que si no se consigue superar este filtro, la prohibición a los circos y atracciones de feria con animales se sacará de la ordenanza para no retrasarla más. Ésta se tramitaría sin ese aspecto, que se abordaría en una modificación posterior, ya con más tiempo. La idea sería no retrasar más la aprobación del texto, que tiene un alto grado de consenso.

«Aunque no esté en la ordenanza, se seguirán aplicando las actuales restricciones», insistió Raúl Jiménez, quien apuntó que no existe una prohibición expresa de instalar un circo con animales, pero «se cierra al menor indicio de que los animales sufren algún estrés o maltrato psicológico», lo que supone un elemento disuasorio para los posibles promotores de estas actividades.

Entre las novedades que incluye la ordenanza está también que los animales de compañía, de los que hay censados unos 100.000 en la capital, podrán entrar en hoteles, restaurantes, bares siempre que el local no muestre en su exterior una prohibición expresa; podrán viajar en la EMT y en el metro de acuerdo a las normas acordadas por dichas empresas; y se aplica un sistema de análisis de las cacas de los perros mediante el ADN para perseguir a los dueños que no las recojan.