­Cada paso era titánico. Un ascenso fulminante que bien hubiera servido también para coronar la etapa final de uno de los premiados, la Vuelta a España, que ayer estuvo representada en Antequera por su director, Javier Guillén, que aprovechó el galardón para, además de dar las gracias, reivindicar de paso también la utilidad de las diputaciones. Estableció una relación directa entre estas instituciones y los pequeños pueblos, alma de cualquier espectáculo ciclista que se preste. Como son las diputaciones las que mantienen a los pueblos, nadie preveía que el apoyo económico que éstas brindan a los pueblos iba a llevar a la Vuelta tan lejos. La subida hacía referencia al escenario elegido para celebrar el Día de la Provincia, la Colegiata de Santa María la Mayor. Después de lo de ayer, una cosa está clara. No se sabe muy bien si la provincia de Málaga es y se convertirá en todo lo prometido, pero sí quedó claro que cuenta con unos monumentos que resisten a todas las aspiraciones de grandeza. Si finalmente la Unesco no acierta a incluir los Dólmenes en su catálogo de monumentos que representan ese periplo llamado Patrimonio de la Humanidad, el Día de la Provincia sirvió para reivindicar también la existencia de una catedral espigada y relativamente desconocida entre los malagueños que se mueven en la sombra.

Asistir al Día de la Diputación se convierte también en una experiencia indudablemente enriquecedora si lo que se pretende es conocer a todo el elenco político que da de sí la provincia. Presidentes de diputaciones, alcaldes de ciudades, alcaldes de pequeños municipios, delegados de Gobierno de la Junta de Andalucía, delegados del Gobierno en funciones, diputados rasos. Las celebraciones también son política y, como tal, también son ambición. No se podía aspirar a ser algo en Málaga sin reivindicar el malagueñismo en forma de pujanza turística y agroalimentaria. «Málaga está en su mejor momento», dijo un presidente de la Diputación, que ayer tuvo sólo besos para todo el mundo, a pesar de haber sido zarandeado por la ruptura entre el PP y Ciudadanos en Mijas.

Presencia de la Legión. Resultaría interesante, a efectos sociológicos, plantear un estudio para determinar en qué consiste el grado de atracción que desprende La Legión. Si hubiera un cante melódico para captar la atención de todo el mundo, ninguno como el Novio de la Muerte. Fue entonar el reivindicativo estribillo, y más que unos soldados con fusiles, la nube de móviles apuntando para grabar hacía intuir la presencia de una estrella del pop. Una audacia en sus movimientos que le restó protagonismo a todos los proyectos adelantados en un alarde de amor a la provincia. Si no pueden ser los Dólmenes, igual cuela con La Legión.