Cuatro continentes, treinta y un países, 33.000 kilómetros y 12 pares de zapatilllas. Es lo que ha necesitado el malagueño Nacho Dean para lograr dar la vuelta al mundo a pie en tan solo tres años. Arrancó en el kilómetro cero de las carreteras españolas, situado en la Puerta del Sol en Madrid, ataviado con una mallas de correr y un carrito con material de camping y de supervivencia, sacos de dormir, esterillas, ropa, un botiquín, agua, comida y herramientas para arreglar el carrito. Y andar. Así durante tres años hasta que el pasado 20 de marzo regresó al kilómetro 0 de Madrid, pero con una vivencia personal que pocos pueden vivir.

La increíble historia de Nacho surge de un sueño personal y estaba decidido a hacerla realidad en cuanto pudiera. Sabía que podía hacerlo y esa motivación junto a la idea de defender la conservación del planeta y trasmitir por todo lo el mundo la necesidad de cuidar la naturaleza sirvieron como el motor que necesitaban sus piernas para recorrer más de 33.000 kilómetros durante los últimos tres años.

Pero, ¿por qué a pie? Nacho se define como una persona deportista y amante de la aventura. Además de cumplir su sueño y predicar el ciudado del medioambiente, quiere transmitir y concienciar al mundo lo importante que es practicar ejercicio: «Quiero ser un ejemplo. Caminar es el medio de transporte más lento, más silencioso y más ecológico, y es la mejor manera de transmitir un mensaje medioambiental».

Su viaje comenzó en Madrid, y continuó por países europeos como Francia, Italia, Croacia o Servia. Después decidió tomar la ruta por Asia, llegando a estados como Irán, la India, Bangladesh o Tailandia. Pisó Australia y más tarde llegaría al ultimo continente de su viaje, América. Allí estuvo tanto en América del Sur y Central (Bolivia, Chile, México, El Salvador, Honduras, entre otros), para más tarde llegar a Estados Unidos. Su último destino fue Portugal, para días despúes llegar a Madrid, su lugar de inicio.

Durante tres años, Nacho Dean ha experimentado tanto cosas buenas como malas. ¿Lo mejor? Se lleva la satisfacción de haber cumplido un sueño y la humanidad, que él define como «el tesoro de este viaje». Tanto en países budistas, cristianos, hindúes, mulsumán, es independiente a la caridad que ha encontrado.

¿Lo peor? «He pasado la línea en la que tu vida está en juego», comenta. Ha presenciado atentados terroristas en Dakar; le han intentado atracarle en El Salvador; ha sufrido un atraco en Lima... Son algunos de los episodios dramáticos y terribles que le han sucedio en varias zonas de su viaje. Él lo recuerda con horror, pero no le quita la ilusión por lo que ha pasado y vivido.

A través de sus redes sociales y su blog, earthwidewalk.tumblr.com/,Nacho ha mantenido el contacto durante los años que ha durado su aventura con familiares, amigos y seguidores, que, poco a poco, cada vez eran más. En estas plataformas ha compartido fotografías de sus viajes, recuerdos, gente que le ha acompañado y, por supuesto, «Jimmy águila libre» el carro con todas sus pertenencias que le ha acompañado durante su aventura.

Ahora solo quiere descansar y recuperarse, pues han sido tres años difíciles en los cuales ha perdido peso. Sin embargo, no tiene pensado parar. Quiere compartir el reto de sus sueños: ha dado varias charlas y conferencias sobre su viaje tanto a adultos como en varios colegios españoles y universidades, así como a cientos de medios de comunicación interesados por contar su historia. Tiene pensado escribir un libro contando su esperiencia dando datos y curiosidades «he aprendido mucho de historia estos años».

Viajes, aventuras y miles de kilómetros a pie han bastado a Nacho para demostrar lo que se puede hacer por el medioambiente y que no todo el mundo es malo.