Generalmente unas elecciones exageran el contacto entre los propios políticos. La relación pasa a ser tan severa que de no verse en semanas, acceden a sentarse en una misma mesa para compartir plato y analizar un futuro incierto. Así lo hizo la cúpula del PP la semana pasada entre una mezcla de fastidio y esperanza. Lo primero porque los propios políticos admiten que después de tanta vorágine electoral ya no les queda apenas cuerpo de campaña electoral. Lo segundo porque de repente se abren nuevas oportunidades donde antes no las había. No sabemos si Juanma Moreno, Elías Bendodo y Francisco de la Torre llegaron a quitarse la chaqueta y subirse las mangas de la camisa. La semana pasada estuvieron comiendo juntos en un restaurante de la capital y se le planteó al alcalde de Málaga la posibilidad de que sea él quien suceda a José María García Urbano como número uno. Desde que existen los camareros, reunirse en un restaurante capitalino resulta tan discreto como puede ser el moverse entre agentes infiltrados. Así ha trascendido que el sentimiento que provocó la propuesta de embarcarse de nuevo en el Congreso de los Diputados en un alcalde de 73 años, arropado por una naturaleza claramente municipalista, fue de todo menos de euforia. A pesar de la negativa, Moreno se lanzó el lunes a proliferar en una entrevista matutina con Carlos Alsina que De la Torre sería la persona idónea para capitanear al PP de Málaga el próximo 26 de junio. Lo que, a su vez, hubiera significado que tendría que haber dejado la alcaldía por la famosa directriz interna que implantó el propio Moreno, desde que se hizo con el partido en Andalucía, y que repite como un mantra eso de «una persona, un cargo».

Era sólo una cuestión de tiempo hasta que se abriera el debate de la sucesión en el PP para ver cómo afrontar la transición política en lo que ahora mismo es el ayuntamiento más importante que conserva el partido en toda España. Pero no se contaba con la intención de querer llevar a De la Torre al abrevadero del Congreso de los Diputados para situar en la alcaldía de Bendodo, cuando todavía quedan más de tres años para acabar el mandato.

Operación a tres. Lo que sí quedó claro, es que De la Torre está cada vez más solitario en su intención de apurar todo su mandato. Pocos instantes después de que Moreno le lanzara el guante, salieron Mario Cortés y Esperanza Oña a afirmar que sería el mejor candidato posible, secundando de esta manera la opinión de cuanto más lejos esté de Málaga mejor. En el caso de Cortés, incluso llegó a afirmar que su presencia en las listas le granjería al PP un diputado más en Málaga, y se justificó en el tirón electoral del alcalde. Si hay algo que le fastidia a De la Torre es que le hagan la guerra desde dentro y por ello le resultaron insólitas las palabras de su portavoz, por mucho que luego quisiera matizar sus palabras asegurando que quizá se había errado en las formas. La política necesita de sus contradicciones para funcionar, pero las turbulencias en el Ayuntamiento ya son evidentes, y no es que fuera un secreto que Bendodo aspira a suceder a De la Torre y que la dirección regional del PP considera al actual presidente de la Diputación el único dirigente con capacidad para heredar el puesto. Pero nunca se aconseja mostrar la mano y en esta partida de póker se han descubierto las cartas antes de tiempo. La salida de De la Torre hubiera abierto un nuevo tiempo político en la provincia que ya habían trazado Moreno y Bendodo en una jugada que ya estaba marcada. El último se hubiera colocado al frente del Ayuntamiento, la perla más valiosa de la provincia, con el fin de consolidarse, al igual que lo hizo De la Torre cuando entró por Celia Villalobos, para consolidarse y ganar unas elecciones en 2019 que se antojan complicadas para el PP. En Diputación, donde la presidencia se hubiera quedado huérfana, ya estaba lista Margarita del Cid para poner al frente de la calle Pacífico. La actual vicesecretaria del PP en Málaga aparece como primera en la lista de suplentes de la Diputación.

Cambios en el PSOE. No volverá a repetir experiencia. Pilar Serrano salió de la lista que presentó el viernes el POSET para acudir a las elecciones del próximo 26 de junio. Serrano va camino de serlo todo porque posiblemente ya mismo estará ocupando de nuevo algún cargo orgánico o institucional de nuevo. Es el ejemplo perfecto de cómo perpetuarse en política soltando una rama para engancharse a la siguiente. Cercana a Miguel Ángel Heredia, ha sido diputada, senadora y delegada de la Junta. Además, aún mantiene su estatus dentro del partido como vicesecretaria del PSOE malagueño. La candidatura al Senado seguirá encabezada por el ex fiscal jefe, Antonio MoraleS. La que finalmente salió limpia de nuevos destinos fue también María Gámez. Se había especulado con la posibilidad de ofrecerle un puesto en la lista, lo que viene a ser, al igual que lo ocurrido con De la Torre, una manera elegante de ofrecerle la salida. Y ahí está lo realmente trágico, que una de las peculiaridades del Congreso de los Diputados es que está sembrado de personas desterradas que han quedado como el cigarrito del después.

Confluencia. Con unos márgenes que recuerdan a las votaciones en los tradicionales regimenes comunistas, casi el 90 por ciento de la militancia de IU aprobó acudir de forma conjunta con Podemos a las próximas elecciones generales. Un hecho que también puede revolucionar las listas que encabezó en diciembre Alberto Montero. Fiel defensor de aquella teoría que situaba los ejes ideológicos entre los de arriba y los de abajo, ahora se ve en la tesitura de poder encabezar un proyecto en el que está IU. Siempre y cuando Alberto Garzón no se presente finalmente por Málaga, ya que eso significaría que Montero quedaría relegado, en el mejor de los casos, al tercer puesto en la lista.

Facturas sin pagar. El Ayuntamiento de Fuengirola ha sido condenado por el TSJA a pagar unos 5,5 millones de euros por una deuda pendiente con la constructora Profasan, derivada de las obras del complejo polideportivo Elola. El grupo municipal de Ciudadanos denunció la existencia de esta sentencia que fue admitida el pasado viernes por el propio Ayuntamiento. Al frente, entonces, Esperanza Oña que suena ahora como futura número uno del PP al Congreso.

La Vieja guardia del PSOE

Hace no poco tiempo cualquier reunión de más de dos cargos socialistas para almorzar se leía como una maniobra, una conspiración... Eran tiempos en los que el liderazgo del PSOE de Málaga estaba en liza casi a diario. El viernes, tres expresidentes de la Diputación (Juan Fraile, José María Ruiz Povedano y Salvador Pendón), compartieron mantel y confidencias con ilustres veteranos como José Luis Marcos, Luis Reina, Paco López, José Cosme Martín..., y con la alcaldesa de Ronda como anfitriona.