Entiende el historiador de la Málaga portuaria que el 200 aniversario de la Farola, que se celebra el año que viene, puede ser una buena ocasión para abrir este símbolo de Málaga a la ciudad y los visitantes, con un proyecto «de autogestión que no sea gravoso para el puerto» y que al mismo tiempo permita que la parte técnica de la Farola siga funcionando, aunque haya perdido la utilidad inicial de guiar a los barcos, en estos tiempos de alta tecnología.

Para Francisco Cabrera, la Farola no debería tener «exclusivamente» un uso hotelero, como planea Puertos del Estado para muchos de los 187 faros que hay en España sino ante todo uso cultural en sentido amplio. «Algo relacionado con la gastronomía, la cultura malagueña y las tradiciones y que fuera visitable» y pone el ejemplo de Sabor a Málaga, la marca promocional de la Diputación que unifica los alimentos de más calidad de la provincia.