­La cifra de delitos de odio registrados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en España a lo largo de 2015 ascienden a un total de 1.328, lo que supone un incremento del 3,3% con respecto al año anterior. Los ámbitos que mayor número de incidentes registran son el racismo y la xenofobia, la ideología y la discapacidad, que suponen un 38%, 23,2% y un 17% del total de hechos conocidos.

La ausencia de denuncias es el principal inconveniente al que se enfrentan las autoridades en el momento de combatir los delitos de odio y discriminación debido a la desconfianza y vergüenza de las víctimas en el momento de acudir a las autoridades. Así lo señalaron ayer expertos en la Facultad de Derecho de la Universidad de Málaga (UMA) en unas jornadas sobre este tipo de delitos.

En este sentido, el inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía Félix López aclaró que se habla de delitos de odio cuando «se comete un delito por motivos racistas, antisemitas u otra clase de discriminación referente a la ideología, religión o creencia de las víctimas, la etnia, la raza o sexo con intención de causar un daño hacia la víctima». Los datos del barómetro de 2015 colocan a España en la media europea en cuanto a la percepción de las situaciones de discriminación hacia diferentes colectivos. De entre los 1.328 delitos de odio cifrados, la mayoría corresponden a lesiones, amenazas e injurias.

En lo referente al perfil de la víctima suele ser hombre de entre 18 y 40 años, de nacionalidad española y víctima por amenazas y robo con violencia. Según el barómetro de 2015, el 31,8% de las víctimas que denunciaron (4%), el 61% no se sintieron bien tratadas por las autoridades.

El perfil del agresor es el de un hombre, de entre 18 y 25 años, de nacionalidad española y responsable por abusos y agresión sexual. María Teresa Verdugo, fiscal coordinadora del Servicio Delitos de Odio y Discriminación de la Fiscalía de Málaga, hizo hincapié en la colaboración y ayuda necesarias por parte de las Fuerzas de Seguridad y fiscales hacia las víctimas. Verdugo señaló que «los delitos de odio no sólo afectan a la víctima, sino a la totalidad del colectivo al que pertenece y ello puede conllevar un bucle de violencia».

El doctor en Derecho Procesal Antonio María Lara insistió en que «la mayor batalla en la lucha contra los delitos de odio» es combatirlo a través de las denuncias. La ausencia de éstas hace que «sea complicado investigar por parte de las autoridades», recalcó. Las víctimas deben dar conciencia a los Cuerpos de Seguridad cuanto antes para que lleven el delito a la condena. El pasado año, se reformó el artículo 150 del Código Penal incorporando nuevas formas de punibilidad, dijeron los expertos.