Después de siete años de cafés, almuerzos y cenas a los que más lo necesitan a la intemperie, en plena explanada de Santo Domingo, los Ángeles de la Noche inauguran hoy el comedor de los malagueños. Un espacio de más de 300 metros cuadrados ubicado en la calle Fuentecilla con capacidad para 220 personas que lo convierte en el más amplio de la ciudad.

Una cocina industrial, cuatro cuartos de baño, una fuente y lo más importante: un lugar donde dignificar la necesidad básica que representa comer. El presidente de la asociación, Antonio Menéndez, insiste en que este comedor es por y para los malagueños y a falta del permiso de apertura y la instalación de gas ciudad todo está listo. Meses de trabajo a los que se les han sumado otros imprevistos como el conflicto vecinal -más calmado por el momento- y el pago de numerosos permisos con los que no habían contado. El presupuesto total del comedor asciende a 200.000 euros pero ahora viene lo más complicado, según detalla el presidente, el mantenimiento del espacio que atenderá a unas 2.000 personas diarias. Un gasto mensual de entre 5.000 y 6.000 euros. «En cuanto inauguremos el comedor vamos a comenzar una campaña de captación de socios para que nos ayuden a mantener el comedor», explica Antonio.

Esta tarde, sobre las 19.15 horas se presentarán las nuevas instalaciones ante la prensa. Una cita que contará con la visita especial del humorista Dani Rovira. «Él pertenece a los Ángeles y ofrecerá unas palabras», detalla el presidente de la asociación. Está prevista alguna actuación y la presentación del libro Poesía de los ángeles, una obra coordinada por Antonio J. García Pereyra en la que han participado numerosos poetas. Todo lo que se recaude con las ventas irá destinado al comedor.

Aun así, hasta principios de junio no comenzará a funcionar el comedor. Un margen de dos semanas para ultimar detalles y desmontar los contenedores prefabricados desde los cuales han salido unas 2.000 comidas diarias. La idea inicial es dar el tradicional desayuno y a la hora del almuerzo entregar también la cena para no tener muchos altercados con los vecinos. «Quiero que vean que esto es un sitio decente», explica el presidente.