­Se ha convertido en una apuesta fija en todas las agendas de debate. Desde los pomposos consejos de la OMT a las mesas más modestas que se organizan por la costa. El turismo, especialmente en la Costa del Sol, se ha transformado en un tema imposible de enunciar si no va acompañado, aunque sea de modo optimista, de la mención a la estacionalidad y la caída de la demanda que se produce después del verano. Por más que se endurezca la competencia, en la provincia, el sector sabe que el gran enemigo está en casa. Y que, además, es difícil de abatir, aunque últimamente, y eso es un hecho, se ha mejorado bastante en recursos y armas.

A pesar de la perseverancia del problema, y del desfallecimiento de la actividad en los meses centrales del invierno, ninguno de los grandes agentes de la industria arroja la toalla; superar la estacionalidad, aseguran, es perfectamente factible. Y más si se tiene en cuenta la evolución experimentada por el destino en los últimos tiempos, que incluye la puesta a punto de reclamos alternativos al empecinamiento tradicional con el sol y la playa. El golf, el llamado turismo de salud y belleza o la cultura, atiborrada de nuevos museos, constituyen argumentos lo suficientemente sólidos como para captar la clientela fuera de la temporada alta.

Luis Callejón Suñé, presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), pone el ejemplo del turismo ligado al deporte, que este invierno ha sorprendido favorablemente a muchos empresarios, con touroperadores, incluso, trayendo remesas de turistas para practicar disciplinas como la escalada.

El sector tiene muy claro lo que falta y pone el acento en la promoción: se necesita que todo el mundo sepa que Málaga no sólo funciona en verano. Sobre todo, en países de alto poder adquisitivo y con un ingente volumen de personas con capacidad para moverse durante el conjunto del año. Buena parte de las esperanzas a corto plazo estaban depositadas en el plan contra la estacionalidad aprobado por la Junta, que contó en su elaboración con el grueso del tejido asociativo, pero que no acaba de arrancar, empantanado, en su vertiente presupuestaria, por los cambios de gobierno y la parálisis de la administración durante buena parte del año.

Hoteles130 millones en reformas

Algunos de los hoteles de la Costa del Sol han aprovechado el parón invernal para reformar sus instalaciones. Una apuesta, la de la de remodelación, que parece haber sido asumida en serio en los dos últimos años, con una inversión conjunta de 130 millones de euros. La planta hotelera se renueva.

RentabilidadSubida aún insuficiente

Los hoteleros y los empresarios coinciden en destacar que los precios y la rentabilidad aún están muy lejos de los valores que exhibían antes de la crisis. En los tres primeros meses del año, el ingreso medio por habitación fue de 31,3 euros, lo que significa un 3, 9 por ciento más que en el mismo periodo de 2015.

GastoCostes altos para el hotel

Los hoteleros sostienen que las ganancias de la temporada chocan frontalmente con los costes de operar en invierno. De acuerdo con Aehcos, el gasto energético se ha elevado un 75 por ciento en los últimos años, a lo que se suma el precio de las cotizaciones y de mantenimiento de las instalaciones.