­Antonio Soto González es Director de Prevención y Nuevas Adicciones del Centro Monte Alminar. Además cuenta con una experiencia profesional de más de dos décadas. Está especializado en las distintas fases del tratamiento de las adicciones, con especial atención a las nuevas dependencias, en este caso las relacionadas con las tecnologías.

¿Qué penetración tienen este tipo de adicciones en la actualidad?

Está bastante presente sobre todo en el ámbito familiar y escolar. Los más jóvenes son los que se está viendo que tienen un uso más descontrolado . Aunque no siempre hablamos de drogadicciones, sino de malos usos y de ausencia de pautas en su utilización que acaban afectando en su comportamiento y relaciones.

¿Cuál debería ser el horario máximo para el uso del smartphone?

Según los pediatras no deberían usarse más de dos horas al día. Estamos hablando de una cifra que cualquier persona supera hoy. Cuando nosotros vemos que este uso asciende a más de cinco horas es cuando podemos hablar de abuso.

¿Cuáles son las pautas a seguir para su correcto uso?

Hacernos cargo de esa responsabilidad, crear la conciencia de que somos responsables también de esa educación. Limitar sus horarios y acompañarles en su utilización para poder enseñarles los riesgos.

Si los límites no están muy claros, ¿cómo puedes saber si eres un adicto a las nuevas tecnologías o al móvil?

Tiene que ver con las necesidad y el equilibrio de la persona. Para hablar de adicción debe haber un largo abuso del mismo y sobre todo depende de cómo está afectando a su vida. No sólo hablamos de las horas, sino de sus impulsos y su comportamiento. A veces nos ha llegado casos de personas que se encierran en su habitación como única forma de relacionarse, nunca hay que esperar a que la situación sea tan grave.

La normalización de las nuevas tecnologías, y en concreto del smartphone, hace que no se le de tanta importancia a su uso.

Esa es una de las claves. No podemos demonizar la tecnología, esa normalización unida a su condición cambiante da una combinación muy peligrosa. Lo que tenemos que tener es más conocimiento y manejarlas bien.

Es tan normal su uso que regalar un móvil también lo es, ¿qué edad es la adecuada?

Lo habitual es que un adolescente con 14 años pueda tener un smartphone, pero hay que tener cuidado con edades más tempranas. Tampoco el hecho de tener móvil implica que deba acompañarse acceso a Internet. Como regalo de comunión me parece exagerado.

¿Cómo generar conciencia?

Que los padres conozcamos nuestra responsabilidad. Tenemos que empezar a encauzar este tema. Tener empatía a nivel familiar y negociar, no puedes quitarle el móvil sin más a un adolescente, depende de su comportamiento claro. Tiene que haber un equilibrio y reflexionar sobre nuestro papel como educadores.