El juicio contra Miguel Ángel G., acusado de asesinar a su exnovia Estefanía y a su hijo Aarón de cinco años, ha quedado hoy visto para sentencia con la petición fiscal de 43 años de prisión. El procesado, en su derecho al uso de la última palabra, ha dicho: "En 24 horas arrasé con todo, destruí dos familias, me destruí como persona, me he desbocado".

"Creo que tal como pasó todo, en 24 horas, ese día no era yo", ha precisado, para indicar después que su hermana pequeña ha recibido ya dos palizas de urgencia y que su madre, por su trabajo, está expuesta a que alguien la agreda. Ha dicho también que no llega a alcanzar a comprender el dolor causado a sus suegros. "No me gusta lo que veo cuando me miro al espejo, no puedo cambiar el pasado, si pudiera cambiarme por ellos lo haría sin pensarlo".

También ha señalado que esa noche, la que va del 22 al 23 de septiembre de 2013, intentó terminar con su vida, porque ya no tenía sentido "sin su mujer y sin su hijo". No murió de sobredosis, aunque lo intentó. Ha añadido que le preocupa no poder perdonarse y que ya ha intentado suicidarse en tres ocasiones.

Su abogado ha explicado que en el patio de la cárcel saben quién es y que le han pegado y ha añadido que a quien más le costará perdonarse es a él mismo.

La abogada que representa a los padres de la fallecida ha asegurado que estos pidieron no comparecer y que el barrio de la Luz quería ir al juicio, pero "para que este señor no pierda los papeles y no sea contraproducente para el jurado no han comparecido". También ha explicado que la propia hermana del procesado le recriminó lo sucedido.

La fiscal de Violencia de Género, Flor de Torres, ha calificado de "calvario" los tres últimos meses de vida de la fallecida, ya que el acusado la sometió a "llamadas constantes, hostigamiento con mensajes, insultos, manifestaciones de que sería suya sí o sí, control a través del menor, con excesivas llamadas el día de los hechos".

También ha añadido que un amigo del acusado estaba aterrado de los mensajes que recibía en el sentido de que iba a matar a su exnovia y a su hijo. Las amigas de la fallecida han declarado que "no tenía libertad, que estaba hostigada, amenazada, sin posibilidad de rehacer su vida en libertad: estaba esclavizada por su verdugo".

La fiscal ha relatado que acuchilló a su exnovia y que luego la asfixió y que procedió igual con su hijo, que sólo pesaba 29 kilos, relato con el que se ha emocionado. "Los niños ahora también son víctimas de la violencia de género", ha apuntado. "Estefanía eligió la libertad y lo pagó con su vida y la de su hijo", ha agregado.

La acusadora pública ha insistido en que el acusado tenía sus facultades mentales intactas y que es imposible justificar estos hechos.