La explosión registrada en las instalaciones de la Biblioteca Bernabé Fernández-Canivell, situada en el corazón de Pedregalejo, provocó tal alarma entre los vecinos de la calle Practicante Pedro Román que en el lugar de los hechos se presentaron hasta los Tedax.
Y tras el susto, la indignación. Los expertos en explosivos de la Policía Nacional no tardaron en determinar que la detonación fue por un «petardo grande», según explicaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno, que achacaron el incidente a un acto vandálico. Los hechos, que se produjeron pasadas la una de la madrugada, no provocaron daños personales, pero sí la rotura de una de las cristaleras de la biblioteca situada junto al mercado de El Palo.
El concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Málaga, Mario Cortés, reconoció la dificultad de identificar a los autores de esta gamberrada, por lo que los daños serán asumidos por el seguro.