­Todo tiembla como un terremoto y el aire huele a queroseno. El estado preelectoral en el que se encuentra España, después de la manifiesta incapacidad de sus políticos para llegar a acuerdos, recuerda a los cazas que pilotaba Rodríguez en infinitas horas de vuelo acumuladas como servicio a la patria. La pasión por la aviación le llevó a serlo todo dentro del ejército. Ahora reivindica su antimilitarismo enPodemos.

Procede de una familia con una dilatada tradición militar. ¿Le duele que ahora le llamen traidor a la patria?

Cuando alguien se refiere a otra persona como traidor a la patria, lo dice porque, en un momento determinado, elige una opción determinada. En mi caso, la de un partido con el que alguien no está de acuerdo. Lo que todavía falta en España es tolerancia. Vivimos en una democracia joven y hace falta tolerancia para todas las opciones. Si hay una cosa de la que estoy convencido, es que todo el mundo quiere lo mejor para España. Un partido de derechas, un partido de izquierdas o un partido de centro. En lo que discrepamos, seguramente, es en las opciones. A eso no se le puede llamar ser un traidor. Soy traidor a lo que se piensa que debe pensar un militar. Pero en las Fuerzas Armadas hay gente de izquierdas, de derechas y de centro. La gente que está en las Fuerzas Armadas sale de la sociedad. Como tal, es tan variada como lo es la propia sociedad.

¿Qué significa ser patriota hoy día?

Ser patriota es estar con tu gente. Hay muchos que reclaman el patriotismo. Pero el patriotismo no es algo que se reclama, el patriotismo se hace. No todo el que dice ser patriota, lo es. La derecha nos ha robado la palabra patriotismo y hay gente de izquierdas a la que le cuesta decirlo. Podemos es patriota. Cuando estás cerca de la gente y la defiendes, o aspiras a hacer políticas para el bien común y no para servir a determinados intereses, hablamos de un acto de patriotismo.

¿Cómo se puede declarar alguien que ha ocupado el cargo de Jemad antimilitarista?

Primero, me considero pacifista. Lo soy, precisamente, porque soy militar y sé lo que es la guerra. El militar que quiere ir a la guerra es como el bombero que quiere que haya fuego, es decir un pirómano. Eso, la gente lo admite. ¿Por qué no lo hace con el concepto de antimilitarista? Antimilitarismo es lo contrario a militarismo. Y militarismo es dar preponderancia a las Fuerzas Armadas sobre el poder político. Es querer militarizar a la sociedad, al Estado y, si me apuras, también, a las mentes. Hay mucha gente civil que es militarista porque cree que puede utilizar a las Fuerzas Armadas para sus intereses. Yo soy antimilitarista porque estoy en contra de eso, es decir, del militarismo. Eso no significa que esté en contra de las Fuerzas Armadas. La Constitución deja clara que el ejército está sometido al poder civil. Por eso, soy antimilitarista. Además, creo que todos los militares lo son.

¿Qué influencia tiene esta postura sobre la concepción que tiene del ejército en España?

Las Fuerzas Armadas en España eran las fuerzas de un régimen dictatorial. Llega la Constitución y se establece que estén sometidas al poder civil. La evolución que han experimentado desde entonces con ese cambio de mentalidad es muy importante. Pero, igual que queremos saber cómo es la educación pública o la sanidad pública, la estrategia de defensa también es un servicio y tiene que ser transparente. Hay cosas que la gente piensa que son secretas, o que son de seguridad. Así, se justifica, por ejemplo, que los presupuestos sean opacos y eso no se puede aceptar.

¿Siente que su entrada en Podemos le ha convertido en un paria dentro de las Fuerzas Armadas?

Aquí, hay un tema que es clave. En una sociedad en la que se habla sobre el acoso laboral, hay gente a la que no le interesa manifestar que es de Podemos. Ni en una empresa, ni en las Fuerzas Armadas. Yo sigo estando en contacto con personas que están de dentro del ejército y sé que algunos van a votar a Podemos. Pero me lo manifiestan por lo bajo.

En IU han pasado de boicotear su candidatura como número uno de Unidos Podemos por Almería a arroparle en poco menos de 24 horas. ¿Cómo se ha producido este giro?

Yo creo que el primer rechazo vino provocado un poco por el efecto sorpresa. ¿Oye por qué Almería? Y eso llevó a una reacción personal de la coordinara de IU en Almería. Hubo un amigo en común, que me puso en contacto con ella. Yo pensé que era bueno que conociera a Julio Rodríguez y no al estereotipo al que ella hizo referencia..., hombre de la guerra, hombre de la OTAN. La razón de mi viaje a Almería fue en este trasfondo. Yo no quiero convencer a todo el mundo pero, por lo menos, quiero que los simpatizantes vean que vengo a sumar.

Dijo que Podemos es el proyecto político en el que mejor se siente representado. ¿Sigue pensando lo mismo con IU como nuevo compañero de viaje?

Sí, lo sigo pensando. Yo, cuando me implico, hay detrás un hombre de una determinada edad que ha vivido la transición, que ha sido una persona progresista y que se ha informado antes de echar su voto. En los últimos años, se ha producido una desconexión de la sociedad con lo que han sido, hasta ahora, sus partidos. Nace Podemos, un nuevo proyecto, y me apunto. Pero los proyectos son flexibles y se van redactando. ¿Qué ha pasado en estos últimos meses hasta ahora? Ha habido una parte de la sociedad responsable que ha demandado una confluencia y los líderes han correspondido a esta demanda.

Uno de los pilares tradicionales de IU es la reivindicación permanente para que España abandone la OTAN. Podemos ya no lo ve así.

El programa de Podemos es un programa de sentido común, que está diseñado para gobernar a partir del próximo 27 de junio. ¿Qué dice nuestro programa? Que la OTAN es una organización obsoleta porque está adaptada al escenario de la Segunda Guerra Mundial y que hay que renovarla. La alternativa es un sistema de defensa integral europeo. Esa es nuestra apuesta. Pero, mientras sigamos en la OTAN, al menos, queremos funcionar de una manera autónoma.

¿También era su posición personal respecto a la Alianza Atlántica, cuando aún ocupaba el control de mando?

Una cosa es mi posición personal, que era esa, y otra, la postura profesional a la que estaba sometido. En todo caso, a pesar de la OTAN, hay que recordar, por ejemplo, que las Fuerzas Armadas entraron en Irak y salieron de Irak, porque un Gobierno decidió que entraran y otro decidió que salieran. Esa es la función de las Fuerzas Armadas, la de actuar. Otra cosa es que, a nivel personal, puedas estar en desacuerdo con la decisión de ese Gobierno.

¿No cree que IU rompe con esa transversalidad ideológica que siempre ha abanderado Podemos? Usted es, quizá, el mayor símbolo de ese anhelo.

Ahora mismo, lo que propugna Podemos es un programa de sentido común. A eso no afecta la entrada de IU. Cuando la gente lea el programa, ahí no verá ideas extremistas. Son medidas para ponerlas en marcha de forma inmediata. Yo también podría estar en contra de la OTAN, pero como queremos gobernar a partir del 27 de junio, se está trabajando en un programa de confluencia.

Dentro de un mundo tan jerárquico como el ejército, ¿hay sitio para el pensamiento individual, o simplemente se instruye al soldado para que funcione?

Todo eso de la obediencia ciega se acabó con la Constitución. Con Zapatero se le reconoció al militar el derecho a la libertad de expresión y a la libertad de asociación. ¿Qué falta? Implementar estas libertades. Las leyes se crean sobre el papel, pero las leyes no cambian mentalidades. El ejemplo de Zaida Cantera es muy significativo. Hubo un delito de acoso sexual, pero para mí también hubo un delito de acoso laboral. Cuando ella presentó la denuncia, empezaron a surgir las presiones subliminales.

¿Cuál es la relación entre las Fuerzas Armadas y la política exterior de España?

Cuando hablamos de política exterior, lo hacemos como una política de Estado. Y esta se hace con más de un elemento. Con medidas económicas, medidas diplomáticas, medidas sociales...Cuando falla toda la política, entonces es cuando deben de intervenir las Fuerzas Armadas como último recurso.

¿En Siria han fallado todas las políticas? ¿La situación de caos que vive el país no pide una respuesta militar europea conjunta?

En Siria, todo el mundo piensa que hay un enemigo común que es el Daesh. Pero es un conflicto con muchos actores. Con los kurdos, con Irán, entre la propia oposición en Siria. Y ahí, chocan determinados intereses. Tanto es así, que el Daesh se ha creado y financiado para luchar contra Al- Assad. Hemos creado un satán porque la política ha fallado. Ahora, antes de recurrir a una acción militar, hay que empezar a quitar financiación y hay que controlar la venta de armamento. Antes de una intervención, hay muchas medidas para cortar la sangría.

¿Qué opinión tiene sobre el actual ministro de Defensa, Pedro Morenés?

No voy a opinar sobre él porque tiene una relación directa con la forma en la que se produjo mi cese.

¿Qué le parece que pasado del ministro de Defensa haya estado ligado a la industria armamentística?

El origen no tiene que levantar un prejuicio sobre cómo alguien va a actuar. En este sentido, todos tenemos un origen y yo no tengo el prejuicio de que, por su pasado, tenga que servir a determinados intereses.

¿Cuál sería la primera medida que tomaría usted como último responsable del ramo?

Diseñar una nueva estrategia de seguridad y de defensa. Abrir un debate en el que se incluyan a expertos que provienen de la sociedad civil. Con eso, en función de los presupuestos, hay que elaborar una nueva ley de carrera profesional porque hay tropa que no está integrada. Cuando se quitó el servicio obligatorio, se diseñó una ley de carreras únicamente para oficiales y suboficiales, y eso es un agravio que hay que resolver.

¿El PSOE culpa a Podemos de mantener a Rajoy?

Una acusación basada en unas cifras en las que, según Pedro Sánchez, 131 sumaba más que 160. El debate era entre un Gobierno de progreso y otro con Ciudadanos. Las cifras sí que daban, pero el PSOE tenía una estrategia premeditada en la que nosotros nos debíamos de abstener para dejar gobernar a Sánchez.

¿Cree que Susana Díaz supone un obstáculo para llegar a un posible acuerdo después del 26J?

Yo no sé qué papel juega Susana Díaz dentro del comité federal del PSOE. Pero Pedro Sánchez venía con unas líneas rojas impuestas antes de empezar a negociar con nosotros.

¿Qué ocurre si se repiten unos resultados electorales similares a los del 20D?

Nuestra mano sigue tendida. Pablo Iglesias ha repetido de nuevo que nuestra opción para formar Gobierno pasaría por llegar a un acuerdo con el PSOE.

¿Cree que el PSOE pactaría antes con el PP que con Podemos?

No lo sé. Yo no veo más que dos opciones. Una coalición o una abstención del PSOE para que siga gobernando la derecha, o un Gobierno de progreso.

¿Quién es el militar al que más admira?

A Gutiérrez Mellado. Yo puede que me juegue los insultos, pero él se jugó la vida.