­El curso académico se encuentra ya en su recta final y los jóvenes empiezan a plantearse qué hacer en verano, que puede ser la ocasión idónea para salir al extranjero y vivir nuevas experiencias. La asociación malagueña Iniciativa Internacional Joven (IIJ) favorece los intercambios europeos entre jóvenes a través del programa Erasmus+ Juventud y del Servicio de Voluntariado Europeo, los dos sistemas con los que trabaja.

Según explicó la directora de la asociación, Ana Belén Domínguez, jóvenes de Málaga se reúnen, entre seis y 21 días, con un grupo de otro país para realizar actividades sobre un tema que, previamente, han elegido y en el que tienen interés en saber cómo se trabaja en otro punto del planeta.

IIJ promueve los intercambios durante todo el año, aunque principalmente lo hace en épocas vacacionales como Semana Santa y verano. El único requisito para participar es la edad, que debe situarse entre los 13 y los 30 años.

En cuanto al coste económico, el joven que viaja a otro país tiene que aportar, según precisó Domínguez, «una cuota mínima de participación».

«Normalmente la UE otorga una subvención a la asociación que acoge el intercambio y con esa cantidad ésta debe abonar el viaje, la comida y la estancia de los jóvenes».

En la mayoría de los casos, tal y como expone, «hay una tasa fija para el vuelo y si éste supera esa cantidad, la diferencia la tendrá que abonar el joven».

La asociación utiliza los intercambios como una herramienta de desarrollo de talentos y gustos; de ahí que uno de sus lemas sea Haz de tu pasión tu profesión.

«Hay muchos jóvenes que tienen miedo a salir fuera, pero los intercambios les dan la oportunidad de conocer a otras personas de la misma edad, nuevos idiomas y culturas, y eso les aporta mucha fuerza para hacer cosas nuevas», señaló Domínguez. «No hay joven que venga a la asociación con una idea -por más disparatada que pueda parecer a priori- y no se haya ido conociendo la forma en que puede desarrollarla», aseguró.

La directora lo cuenta de primera mano porque fue precisamente la experiencia de un intercambio en 2003 la que le hizo fundar esta asociación junto a otros jóvenes. «Cuando regresamos a Málaga de nuestros intercambios, la gente nos preguntaba cómo habíamos salido al extranjero y nos dimos cuenta de que los jóvenes necesitaban recibir información sobre los programas de becas; así nació IIJ».