«Ahora apenas gastamos biberones, son prácticamente inexistentes porque solo se usan en casos extremos», presume Belén Pérez, una de las 24 enfermeras de la Unidad de Puerperio del Materno Infantil que a pie de cama se encargan a diario de explicar a madres y familiares la importancia que tiene la lactancia para su salud y la de sus bebés. Desde que a primeros de año la Unidad de Ginecología y Obstetricia del Regional pusiese en marcha un Plan de Puerperio para fomentar la lactancia materna y el apoyo emocional a madres, padres y familiares, se ha producido un incremento sorprendente en el número de pacientes que incorporan esta práctica natural tras obtener el alta. Actualmente, el 98% de los recién nacidos en el hospital son alimentados exclusivamente con leche materna.

«Todo son beneficios. La leche materna es siempre la mejor opción para un neonato al ser muy rica en proteínas», explica. En los recién nacidos la lactancia materna es imprescindible para la regulación de la temperatura o el azúcar en sangre, entre otros. Pero, también, está demostrado que disminuye considerablemente el riesgo de padecer futuras enfermedades cardiovasculares, infecciosas gastrointestinales o respiratorias; sobrepeso; diabetes; y alergias, por ejemplo.

Y, en el caso de la madre, contribuye en primer lugar a la pérdida de grasa y la pronta recuperación del peso habitual. Además evita, en algunas ocasiones, el sangrado uterino que requiere de una intervención posterior y previene otras patologías como el cáncer de mama. Solo está contraindicado en casos muy puntuales como las madres que padecen sida o en algunos bebés prematuros, que necesitan también de una suplementación con biberones. «A no ser que tenga algún tratamiento que lo impida, es muy raro que alguna madre salga del hospital dando biberones», señala.

Pero las ventajas no acaban aquí. El concepto de la lactoanalgesia hace referencia a que la realización de pruebas que pueden ser agresivas para el recién nacido (vacunas como la de la hepatitis, la prueba del talón, o las extracciones de sangre) son menos dolorosas y mejor toleradas por un lactante en el momento en el que está tomando el pecho.

La idea surgió cuando el equipo (tras recibir numerosas demandas por parte de las ingresadas), detectó la necesidad de proporcionar una mayor información sobre la lactancia materna. Fue entonces cuando se formaron a conciencia y establecieron unas pautas para informar a las 300 mujeres que de media ingrensan al mes en la unidad de puerperio tras dar a luz. «Hasta el momento, los resultados han sido impresionantes y es muy gratificante ver como las pacientes nos lo agradecen cada día y se van satisfechas. Estamos muy ilusionadas y contentas porque no imaginábamos tener una acogida tan buena y en tan poco tiempo», cuenta Pérez.

Además de la atención personalizada a las puérperas tras el parto, el plan incorpora la visita grupal de embarazadas al servicio, procedentes de los centros de salud, dentro del programa ya establecido entre atención primaria y hospitales. Permitiendo que durante los meses previos al parto, las mamás puedan resolver todas las dudas con respecto a la educación sanitaria y el manejo del recién nacido (su comportamiento y señales de necesidades de cuidados e higiene) y otros aspectos relacionados con la lactancia. Al mismo tiempo que tienen la oportunidad de establecer el primer contacto con las matronas y enfermeras referentes, lo que les da una mayor seguridad en el momento del ingreso.