El Jardín Botánico-Histórico de La Concepción tendrá un plan de inversión y mejoras a tres años vista para dejar atrás unos tiempos de crisis en los que han escaseado el personal y las inversiones, con consecuencias bastante preocupantes para el único jardín subtropical de Europa al aire libre.

El desplome de una dombeya de 10 metros de altura el pasado 5 de enero fue la gota que colmó el vaso y lo que animó a la jefa del Departamento de Investigación y Divulgación Botánica, Blanca Lasso de la Vega, a denunciar la situación en las redes sociales.

Cinco meses y medio más tarde, la propia botánica, que trabaja en el jardín desde 1992 -dos años antes de la apertura al público- reconocía ayer su satisfacción porque la llamada de atención ha surtido efecto. «Tenemos dinero, 21.000 euros, para empezar a recibir plantas y 25.000 euros, procedentes de los expedientes sancionadores, también para La Concepción en 2016», explica -los expedientes sancionadores por casos como podas sin permiso de árboles protegidos revierten en Parques y Jardines, que ha destinado esta cantidad para el jardín botánico, detalla-.

Además, se ha consignado una cantidad global de 250.000 euros «para invertir en plantas entre Parques y Jardines y nosotros hasta 2018». La botánica dijo desconocer el porcentaje que le corresponderá a La Concepción «pero vendrá mucho», destacó.

Por otro lado, explicó que se ha hecho una relación con las actuaciones más urgentes y un calendario de trabajo. Entre lo más urgente, mencionó el mal estado de los caminos, así como de los carteles informativos; numerosas zonas despobladas de plantas por no haberse repuesto; una pérgola en mal estado en la zona de la entrada; cristales rotos en los invernaderos, así como bancos y papeleras que necesitan cambiarse.

También se ha incluido la restauración de esculturas como las de las fuentes de la Ninfa y el Tritón. «Y muchos de esos trabajos ya están en marcha», informó.

Otro de los problemas que se quiere atajar es la entrada de jabalíes a la finca para que dejen de dañar las plantas, algo que también padece el Jardín Botánico Atlántico de Gijón, señaló Blanca Lasso de la Vega.

De momento, se han cerrado de forma provisional los huecos del cerramiento de La Concepción por los que entraban los animales y que no los producen los jabalíes, aclaró la experta: «En realidad aprovechan los huecos que abren en muchas ocasiones las personas para entrar a coger limones o almendras y nos lo vuelven a abrir con tenacillas».

El Ayuntamiento quiere cerrar buena parte de la finca con tela metálica («un muro es carísimo», indicó), «pero en los sitios con más accesibilidad de jabalíes y personas habrá unas planchas que se meterán bajo tierra para evitar que el jabalí escarbe y que cualquiera haga un boquete».

Ya no entran más jabalíes, aclaro y sólo quedan los que se encuentran en la finca. A este respecto, explicó que desde hace cerca de dos años, cuando La Concepción recibió el permiso de Medio Ambiente, hay una jaula para atraparlos, aunque calcula que en este tiempo sólo se han capturado tres ejemplares.

Otra de las mejoras será potenciar los cultivos originales de la finca y plantar más olivos y cítricos de varias clases, entre ellos los famosos limones cascarúos.

En cuanto a los jardineros, que eran solos siete en enero de este año, en contraste con los 17 cuando abrió La Concepción, ahora mismo se ha doblado el personal y hay 14, por el refuerzo de FCC de cuatro jardineros desde enero y de tres jardineros en prácticas de la Universidad Laboral desde marzo.

Blanca Lasso de la Vega también quiso resaltar el trabajo del nuevo gerente de la finca, Javier Gutiérrez del Álamo. El hecho de que La Concepción no sea ya patronato botánico desde enero y esté más integrada en el Ayuntamiento y el que Gutiérrez del Álamo sea además director de Parques y Jardines, ha agilizado las gestiones y puesto en marcha proyectos conjuntos. «Antes vivíamos en una isla y no estábamos relacionados con la ciudad», reconoció.

La veterana botánica aprovechó por último para negar que los problemas de La Concepción tuvieran que ver con desencuentros con el equipo de jardineros: «En todos los jardines botánicos que preguntes los técnicos y los botánicos tenemos nuestras diferencias pero en ninguna medida la situación del jardín se debía a opiniones distintas. Lo importante es que trabajamos todos como una piña porque queremos que nuestro jardín esté lo mejor posible».