­La organización ecologista Greenpeace apuesta por el transporte urbano colectivo, fundamentalmente metro y tranvía, para suprimir el 35% de los desplazamientos en coche en la movilidad urbana, lo que permitiría, junto a otras medidas, alcanzar una reducción de las emisiones de CO2 del 49% en las ciudades antes de 2030.

Así lo estima el informe presentado ayer miércoles por la ONG El transporte en las ciudades: Un motor sin freno del cambio climático, que ha analizado los planes de movilidad urbana de las ciudades de más de 50.000 habitantes y que concluye que Barcelona, Madrid, Valencia, Málaga y Sevilla están a la cabeza en los planes de movilidad urbana de las grandes ciudades españolas, frente a Bilbao, que apenas ha comenzado a redactar su primer plan.

No obstante, Greenpeace concluye que los planes de movilidad actuales no asumen compromisos más ambiciosos de la reducción del 20% fijado por la UE para 2020. Al mismo tiempo, entre las medidas propuestas destaca el peso del transporte público y las infraestructuras, en un abanico de medidas «relativamente amplio».

El análisis valora que Barcelona cuenta con el mejor plan de movilidad de la ciudad y de su área metropolitana y que a esta le sigue el plan metropolitano de Madrid. En tercer lugar, se situaría Valencia en cuanto a planes urbanos, donde se situaría incluso por encima de Madrid, no así en metropolitano. El cuarto y quinto puesto son para Málaga y Sevilla, respectivamente. Mientras, Bilbao y su área metropolitana no cuentan a día de hoy con ningún plan, por lo que ocupa el último lugar.

Para el responsable de la campaña de energía de Greenpeace, Mariano González, es «algo necesario» actuar de una manera «más exigente para reducir las emisiones debidas al transporte» si quiere cumplir con los compromisos del Acuerdo de París y la movilidad urbana.