Málaga se ha convertido en el único puerto en recibir a los tres mayores cruceros del mundo. Todos pertenecen a la clase Oasis, de la naviera Royal Caribbean, que en los últimos dos años han llegado al puerto malagueño en sus viajes inaugurales. Ayer lo hizo el tercero de estos hermanos, el Harmony of the Seas, apenas quince días después de salir del astillero STX de Saint Nazaire y con unas dimensiones que superan las conocidas hasta ahora.

La llegada del Harmony of the Seas se hizo notar casi de inmediato. Sus 362 metros de eslora le llevaron a ocupar toda la línea de atraque asignada. Pero también llamaron la atención sus 18 plantas de altura, dejando pequeño al P&O Oriana y sus 1.980 pasajeros, que atracó justo al lado.

El desembarco de sus 6.780 pasajeros y una parte importante de los 2.100 integrantes de la tripulación se dejó notar en el Centro. Con apenas un barco los grupos de turistas llenaron las calles con mirada curiosa y ganas de gastar. Málaga era el segundo puerto en el que bajaban tras salir de Southampton y hacer escala en Vigo. Los primeros cálculos hablan de un impacto económico de 350.000 euros en hostelería, comercio, transporte y museos, fundamentalmente. A esto se le suma el movimiento económico generado por los cruceristas del Oriana, lo que podría elevar la cifra al medio millón.

La apuesta de Royal Caribbean por Málaga, además de incluir al puerto en el primer viaje del Harmony of the Seas, se ha reforzado para este año 2016. El presidente de la Autoridad Portuaria, Paulino Plata, resaltó que están previstas 26 escalas de esta naviera y la llegada de unos 100.000 cruceristas, lo que supone un 18% más de escalas y un 21% más de turistas que el año pasado.

La directora general de Royal Caribbean en España y en Francia, Belén Wangüemert, destacó la buen acogida que ha tenido el Harmony of the Seas, que cuenta con gran parte de sus plazas ya vendidas para esta temporada en el Mediterráneo, con base en Barcelona. El pasaje medio en este barco ronda entre los 1.000 y los 1.300 euros, con pensión completa, para un viaje de siete días.

Málaga volverá a recibir a este barco el 26 de octubre, siendo el último puerto europeo donde opere antes de dirigirse a Fort Lauderdale (Florida), para realizar rutas por el Caribe. Tanto la escala de ayer como la del próximo 26 de octubre tienen gran valor por representar hitos en el primer año de servicio de este barco. Además, genera un importante movimiento económico dentro del puerto malagueño por convertirlo en punto de abastecimiento de comida y bebida del barco.