­ Tras un invierno y un otoño extremadamente secos, la primavera ha traído a Málaga unas necesarias lluvias que, si bien no alivian completamente la situación de la provincia, sí pueden garantizar al menos el suministro para la ya inminente temporada alta. El temporal del pasado mes de mayo ha tenido su efecto en el conjunto de embalses de la provincia, que pasadas unas semanas han notado la llegada de las escorrentías.

En un mes, del 1 de mayo al 1 de junio, los pantanos han sumado a sus reservas casi 20 hectómetros cúbicos, un caudal que ha beneficiado en casi toda su cantidad a la presa de la Concepción, que abastece a la Costa del Sol, la zona que más crece en población durante los meses de verano y donde la demanda de agua aumenta a altos niveles. Este embalse ha ganado en los últimos treinta días 18 hectómetros cúbicos, según los datos de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.

La Concepción se sitúa así en un 93% de su capacidad, frente al resto de pantanos de la provincia que han salido peor parados en el reparto. Así, el embalse del Guadalhorce se sitúa en el mismo nivel que hace un mes, la Viñuela ha subido ligeramente y Guadalteba ha perdido algo más de un hectómetro cúbico. Sí ha aumentado de capacidad el embalse del Conde del Guadalhorce, que ha sumado a sus reservas dos hectómetros. Con todo ello, las presas de la provincia se encuentran al 56% de su capacidad, con 348 hectómetros a inicios de junio, una cifra que sin embargo sigue estando muy alejada de los balances del año pasado, cuando al inicio del verano Málaga acumulaba casi 457 hectómetros cúbicos.

Con todo ello, estos 20 hectómetros suponen un 25% de lo que la provincia consume de agua en la temporada alta, la de mayor demanda. Entre julio y septiembre Málaga se bebe alrededor de 80 hectómetros cúbicos, es decir, dos terceras partes del consumo global del año. Si en este 2016, se mantiene la tónica habitual de estos últimos ejercicios la situación que encarará la provincia el próximo otoño sí será más preocupante, ya que se podría quedar en unos 260 hectómetros y a apenas un 40% de su capacidad total. De hecho, la Delegación Territorial de Medio Ambiente ya alertó en meses pasados de que la alerta por sequía se podría declarar al inicio del próximo año hidrológico, que arranca el 1 de octubre. La provincia, es más, ya se encuentra en situación de prealerta desde el comienzo de la primavera.

Cultivos y ríos. Las lluvias de hace varias semanas también beneficiaron a la situación de los ríos de la parte occidental de la provincia, así como a los cultivos de temporada, muy necesitados de este caudal y que estaban sometidos a riegos de emergencia. No obstante, fuentes de la Delegación de Medio Ambiente insistieron en la necesidad de mantener la cautela y de concienciar a la población para un consumo de agua responsable, ya que el año hidrológico sigue siendo seco y las lluvias se mantienen en un 50% de la media anual de precipitaciones. Por ello, la Junta tiene previsto mantener los riegos de emergencia que ya se habían acordado con las comunidades de regantes.

Los cálculos de los técnicos de Medio Ambiente hablaban el pasado febrero de que si con la llegada del otoño las reservas no son suficientes se podría declarar un plan especial de sequía, similar al aprobado hace ahora once años. En aquel documento se señalaba un mínimo de 109 hectómetros cúbicos acumulados en el sistema de embalses del Guadalhorce a 1 de junio y 71, en octubre.

El problema añadido además es que si los pantanos van perdiendo reservas el caudal puede ser tan bajo que pueden quedar inutilizados para el consumo humano, situación que le podría ocurrir al embalse del Conde del Guadalhorce si al inicio del otoño las precipitaciones son inferiores al 25% de la media, a lo que se une además el problema de la salinidad.

Medio Ambiente baraja ya varias hipótesis de cara al final de la temporada alta. En la más negativa, el conjunto de embalses del Guadalhorce se quedarían al 31% de su capacidad, en el mejor escenario, en un 42%.

Balance de lluvias. El balance de Aemet de este pasado mayo en la provincia de Málaga califica el mes de extremadamente húmedo, ya que la precipitación mensual registrada fue de 102,1 litros. Esta cifra supera en un 500% los valores medios. Pese a ello, fue un mes cálido con una temperatura de 19,8 grados, 0,5 grados más que la media, según el informe elaborado por la delegación andaluza de la Agencia Estatal de Meteorología.

Este fin de semana llega a Málaga con temperaturas que superarán los 30 grados. Hoy se alcanzarán los 31 grados en la capital, y el domingo los 26, con cielos este día más nubosos.