El mosquito tigre (Aedes albopictus) es una especie originaria del sudeste asiático que, a diferencia de los mosquitos autóctonos, se cría y vive mayoritariamente en viviendas y lugares privados. Por eso, controlar a este insecto es una tarea que depende de los ciudadanos y, en menor medida, de las administraciones públicas. La gente juega un papel fundamental a la hora de evitar la proliferaciónde este insecto, ya que el 95 por ciento se cría en lugares privados. A diferencia de los mosquitos autóctonos, que suelen preferir acequias y las grandes acumulaciones de agua estancada, el mosquito tigre es de carácter urbano porque opta por las pequeñas concentraciones de agua, como macetas, bebederos de animales, pilas para el lavado de ropa, botellas rotas, latas vacías o, incluso, los juguetes con agua, tan populares ahora en verano.

El mosquito tigre es capaz de criar en cualquier acumulación de agua de un jardín que permanezca más de cinco días estancada. Las larvas de esta especie se desarrollan en recipientes donde existen pequeñas cantidades de líquido, sobre todo si se hallan en lugares sombreados, como jarras o cubos. Además, su radio de acción es corto, de unos 100 metros desde donde se cría, por lo que las labores preventivas que adopten las familias serán directamente proporcionales al peligro que evitan.

La picadura del mosquito tigre es muy molesta incluso se realiza através de ropa fina, como calcetines o ropa interior. Estos insectos se muestran muy activos con la llegada del calor. Son tan sigilosos que en muchas ocasiones ni notamos que se han posado en nuestra piel. El insecto procede del sudeste de Asia y su presencia en Europa está registrada desde los años ochenta.