La Audiencia de Málaga tiene previsto juzgar esta próxima semana a cinco hombres, acusados de ser presuntos integrantes de un grupo criminal que se dedicaba al robo de cajeros automáticos empleando un "potente" explosivo que ellos supuestamente fabricaban, el cual reventaba el aparato y permitía la sustracción del dinero. La Fiscalía solicita distintas penas de cárcel.

Según las conclusiones provisionales del fiscal, a las que ha tenido acceso Europa Press, uno fabricaba el explosivo, mezclando sustancias de manera adecuada para que fuera "suficiente para vencer la resistencia del aparato", pero tampoco exagerado para que no causara un destrozo mayor en el edificio, algo que "ellos no deseaban".

Otro de los integrantes suministraba los materiales, mientras que un tercero elegía, tras varios días observando, los cajeros sobre los que actuar, señala el ministerio público en su calificación inicial de los hechos, en la que apunta a que otro conducía los vehículos que facilitaban los posteriores desplazamientos y huidas del lugar.

Esta acusación sostiene que empleaban en sus robos pasamontañas, guantes y cascos integrales "para no ser identificados" por las cámaras de seguridad; un grupo, añade el fiscal, que "viene actuando desde 2012" y en el que uno de los acusados figura como la persona que lo dirigía.

Así, en este procedimiento se analizan varios hechos. El primero de ellos ocurrido el 24 de enero de 2014 en una sucursal bancaria de la capital, al que dos de los acusados, "guiados por el ánimo de lucro y tras fabricar el explosivo", se acercaron con las caras tapadas y comenzaron las maniobras, dice el ministerio público.

En esa ocasión, según el escrito inicial de esta parte acusadora, rompieron la parte expendedora, pero al saltar la alarma, los procesados salieron huyendo en dos motos. Uno de ellos fue perseguido por la Policía Local hasta que se arrojó por un talud de tierra, consiguiendo escapar a pesar de sufrir lesiones.

En segundo lugar, "siguiendo el mismo plan", uno de esos acusados y otros dos, "con conocimiento de la cobertura de los demás", fueron a un cajero en la capital y "lo hicieron explosionar", causando daños en un despacho y en general en las dependencias, tasados en 10.980 euros. Tras sonar la alarma, sólo pudieron sustraer 3.000 euros y huyeron, dice el fiscal.

Finalmente, el 31 de enero del mismo año, cuatro de los acusados, incluido el que supuestamente dirigía el grupo, se acercaron a otro cajero, esta vez en la localidad malagueña de Torremolinos y empezaron a colocar el explosivo y produjeron daños, aunque unos vecinos llamaron a la Policía, alertados por los golpes.

En esa ocasión, los agentes consiguieron detener a dos procesados, tras la huida, portando utensilios y aparatos, uno del mismo tipo y fabricado de manera "idéntica" a los intervenidos en otras operación policiales previas de 2012 y 2013; mientras que un tercero fue arrestado en las inmediaciones y los otros en sus respectivos domicilios.

Por estos hechos, el fiscal acusa a los procesados de los delitos de constitución y pertenencia a grupo criminal, por tenencia y fabricación de aparato explosivo, de robo con fuerza en las cosas y de dos delitos de tentativa de robo. Considera que concurre en el supuesto cabecilla la agravante de reincidencia y en todos la de disfraz.

Así, provisionalmente solicita casi diez años de prisión para cada uno de los acusados. El juicio está previsto que se celebre, según han señalado fuentes judiciales, en la Sección Octava de la Audiencia malagueña a partir de este martes, 14 de junio, aunque hay fijadas más sesiones.