­El Servicio de Criminalidad Informática de la Fiscalía Provincial de Málaga ha solicitado en su escrito de conclusiones provisionales dos años de cárcel para un hombre que acosó a una menor de 17 años de edad usando sus perfiles de Whatsapp, Msn y Tuenti. El encausado le enviaba mensajes de marcado contenido sexual, le solicitaba fotos y trataba de que le agregara continuamente, lo que generó desasosiego y angustia en la menor. Además de los dos años de prisión, el fiscal pide que no pueda acercarse durante cinco años a menos de 200 metros de la perjudicada, así como que no pueda comunicarse con ella, de ninguna forma, por un periodo idéntico de tiempo.

Según consta en el escrito de acusación, presentado ante el Juzgado de Instrucción número 9 de la capital, el acusado envió mensajes «guiado por el ánimo lúbrico» desde su móvil a una menor de 17 años. Esas comunicaciones se produjeron desde las 23.40 horas del 3 de julio de 2015 hasta el 12 de agosto del mismo ejercicio. Para ello, usaba redes sociales y aplicaciones informáticas tales como Whatsapp, Msn y Tuenti, siempre a través de su perfil.

«Estoy muy caliente, agrégame al Tuenti... quiero que me enfríes... mándame fotos... si supieras cuánto te deseo... cuántas veces me lo hago por ti; lo que pasa es que necesito fotos tuyas para hacerlo más veces... hoy me he levantado muy caliente; me puedes mandar algo para bajarme la temperatura», escribió el encausado en uno de sus mensajes.

«El acusado le solicitaba insistentemente a la menor que le mandara fotos de ella. Creó varios perfiles en Tuenti e Instagram con nombres inventados y haciéndose pasar por amigos de la niña», señala el fiscal, quien asegura que su idea era que la menor lo aceptara «y pudiera acceder a sus fotos y su muro».

«En uno de esos perfiles puso fotografías de la perjudicada que obtuvo de una amiga , generando todo ello angustia en la niña, alterando gravemente el desarrollo de su vida ordinaria, de manera más acusada al conocer que el acusado es el exsuegro de su hermano», añade el acusador público en su escrito.

El acusado fue visto por el médico forense para determinar si podía o no ser imputado y el profesional determinó que padece un trastorno depresivo recurrente, pero que sabía lo que hacía.

Por tanto, la Fiscalía malagueña califica los hechos como un presunto delito de acoso. Aún no hay fecha para el juicio.