El volumen total de préstamos bancarios en manos de las empresas y familias de Málaga continúa su tendencia a la baja y ha marcado nuevos mínimos desde que empezó la crisis, a pesar de que tanto economistas como colectivos empresariales afirman que ya ha empezado a percibirse una mayor disposición de los bancos para dar crédito. A cierre del primer trimestre de 2016, el crédito vivo que maneja el sector privado en Málaga cayó un 5,6% (más de 1.800 millones de euros ) en relación al mismo periodo del ejercicio anterior, dejando el total en 31.077 millones. Este nivel es el más bajo registrado en la provincia desde 2005 y se sitúa ya casi un 35% por debajo de los máximos registrados a mitad de 2008. Por aquel entonces, y en plena ebullición del consumo (aunque ya se empezaban a percibir los primeros efectos de la crisis), empresas y familias manejaban un récord de casi 47.500 millones en préstamos.

Tanto el Colegio de Economistas como la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) explican que el descenso en el arranque de 2016 obedece a que siguen siendo mucho más los créditos que van siendo amortizados que los que se suscriben. Además, las entidades financieras prestan ahora mismo, por lo general, cuantías bastante inferiores a las de hace unos años. Todo ello se circunscribe en un proceso de desapalancamiento de la economía española (término que hace referencia al desendeudamiento del sector privado) demandado por Bruselas y que, a juicio de los expertos, era realmente necesario. Sin embargo, el decano del Colegio de Economistas de Málaga, Juan Carlos Robles, afirma que ya es el momento de que el canal del crédito bancario se reactive por completo porque las restricciones de acceso a la financiación que siguen sufriendo muchas pequeñas empresas y autónomos están impidiendo, a su juicio, aprovechar estos últimos dos años de reactivación para crecer a un mayor ritmo en el PIB y crear así más empleo. El crecimiento en Málaga fue del 3,5% en 2015 y para 2016 se espera rondar el 3%. Según Robles, con un escenario más normalizado de crédito, el ritmo podría acercarse al 4%.

«Necesitamos más masa monetaria en el sistema y para eso es fundamental el crédito. Las empresas tendrían más dinero para invertir y también subiría el consumo», sostiene. Los economistas admiten que los bancos están ya más dispuestos a conceder préstamos pero lamentan que sigan reclamando «excesivas garantías» a los clientes o unas condiciones en términos de interés algo elevadas para las actuales circunstancias, lo que hace que muchas operaciones no lleguen a materializarse.

Por su parte, la vicepresidenta ejecutiva de la CEM, Natalia Sánchez, considera «normal y necesario» que el sector privado se haya visto forzado a un proceso de desendeudamiento, ya que el nivel de crédito alcanzó antes de la crisis cotas excesivas. Dicho esto, Sánchez espera que el canal de préstamos bancarios se reactive por completo para ofrecer a las empresas la liquidez necesaria en un momento en el que la economía ha dejado atrás la época más dura de la crisis y las empresas se plantean operaciones de compra de maquinaria o mercancía y procesos de internacionalización para exportar.

«Somos optimistas porque vemos que los comerciales de la banca están de nuevo en la calle y ofrecen operaciones, pero es cierto que las condiciones, en términos de exigencia de garantías, no están al alcance de todas las empresas o autónomos. Lo que querríamos es que, al margen de las garantías, las entidades también se fijaran en los planes de negocio de las empresas y las apoyaran si las ven viables», comenta. La responsable de la CEM añade que las mismas empresas están siendo «prudentes» a la hora de endeudarse. Sánchez también espera que la reactivación de las operaciones de crédito sea generalizada en todos los sectores ya que, por ahora, es algo selectiva. Los bancos priorizan así a empresas de mediano tamaño, con líneas de negocio en los mercados exteriores y sobre todo en sectores como el agroalimentario o en los segmentos de innovación.

Por otra parte, el proceso de desendeudamiento del sector privado se deja notar en la actual ratio créditos/depósitos, que refleja que el sector privado malagueño adeuda a las entidades financieras en préstamos un 43% más de lo ahorrado en depósitos (que son 21.590 millones). Es una ratio alta pero mucho más reducida a la del inicio de la crisis, cuando las familias y las empresas manejaban en créditos hasta un 135% más de lo que tenían ahorrado.