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Un policía que declaró ayer en el juicio popular contra el hombre acusado de degollar a su expareja y asestarle treinta puñaladas en la localidad de Torremolinos aseguró que el acusado le dijo que había esperado a que la víctima muriera y que quería verla sufrir.

El juicio popular comenzó el lunes en la Audiencia Provincial de Málaga y ayer declararon numerosos policías y los familiares de la víctima y del acusado.

El agente policial explicó a los miembros del jurado que estuvo con el procesado en el hospital debido a la ingesta de pastillas que tomó tras cometer el crimen y destacó que en ningún momento perdió la conciencia.

Además, relató que el acusado no paraba de repetir que había hecho mucho daño a su expareja y llegó a afirmar al policía que «quería hacerla sufrir» debido a que él también había sufrido mucho.

Uno de los policías subrayó que el acusado les dijo que la primera puñalada que le dio en el cuello lo hizo de manera «traicionera», sin que la víctima se lo esperara ya que incluso estaba girada. Los agentes que acudieron al domicilio donde estaba la víctima señalaron que se encontraron un escenario de muerte violenta, con muchos restos de sangre y signos de violencia.

Por otra parte, los familiares de la víctima que comparecieron ayer en el juicio relataron que el acusado no llegó a maltratarla físicamente pero si de palabra y han destacado que él siempre fue un hombre muy vago y flojo.

Además, la madre de la víctima quiso mostrar al jurado una camiseta firmada por sus alumnos y aseguró que su hija no tenía enemigos, era muy querida y «su vida eran sus niños».

Respecto a los familiares del acusado incidieron en que éste lo estaba pasado muy mal tras la ruptura y que tenía ideas suicidas.

El procesado se enfrenta a una petición fiscal de 25 años de cárcel por un delito de asesinato con ensañamiento y alevosía, ya que además de degollarla le asestó 30 puñaladas antes de su muerte.

Por su parte, el acusado negó el lunes tal extremo y aseguró que tras la ruptura estuvo inmerso en una depresión en la que solo pensaba en suicidarse porque no tenía ganas de vivir.