­El alcalde, Francisco de la Torre, quiere extender su proyecto de metrobús a otras zonas de la ciudad como alternativa al tranvía bajo el argumento de una mayor rentabilidad económica y social. De la Torre defenderá en el pleno del próximo jueves una moción que plantea que el Ayuntamiento, a través del área de Movilidad y la Empresa Municipal de Transportes (EMT), estudien «la implantación y puesta en marcha paulatina» de un «conjunto de metrobuses», «que den servicio a otras zonas de la ciudad», que, a su juicio «mejorarían la movilidad en dichos barrios», a la vez que ayudarían a aumentar el número de usuarios del metro. El metrobús es -afirma De la Torre- «la mejor salida a un proyecto (el tranvía) que ha pasado de ser ilusionante a convertirse en una losa que pesa sobre los malagueños».

La propuesta del alcalde, que no cuenta con ninguna referencia económica ni en cuanto a posibles costes, insiste también en la necesidad de que la Junta de Andalucía acepte la implantación del metrobús en el trazado Guadalmedina-hospital Civil, como la «solución más sostenible» desde el punto de vista económico y social.

De la Torre argumenta que el metrobús es el medio de transporte que se está «implantando» en las ciudades del mundo que apuestan por una movilidad sostenible, por sus ventajas económicas y sociales «ya que consigue los mismos objetivos que metro o tranvía con menor coste y menor impacto ambiental y menos molestias durante su ejecución».

No da cifras sobre su coste, pero sí acude al ejemplo de comparar su proyecto de metrobús al Civil con el tranvía de la Junta. Por ello, explica que la solución del metrobús permite alcanzar el estadio de La Rosaleda y captar 3,8 millones de viajeros al año, aproximadamente, lo que supondría unos 800.000 más que el tranvía y, sobre todo con una inversión de 4,2 millones de euros frente a los 41 millones que requeriría el tranvía

La implantación del metrobús a otras zonas y barrios de la ciudad se integraría a su vez en la necesidad de elaborar un plan intermodal de transportes que permita coordinar el metro con otros modos de transporte público.

De la Torre aprovecha, por último, la moción para meterle el dedo en la herida económica a la Junta y reclama que ésta realice una auditoria económica «sobre la gestión del metro de Málaga, desde la licitación de las obras hasta la fecha» y que haga público los resultados. Exige luz y taquígrafos a un proyecto «que acumula retrasos y graves sobrecostes» y expone los datos de la Cámara de Cuentas que señalan que a finales de 2013 la desviación respecto de la adjudicación inicial era entonces del 76% y que los compromisos futuros hasta 2042 rozan los 3.000 millones.