­Tres jefes de Limasa, la responsable de Contabilidad, el jefe de Almacén y su segundo, están siendo investigados por la dirección de la empresa por motivos económicos relaciones posiblemente con facturas irregulares, según pudo conocer La Opinión de Málaga de fuentes de la empresa.

El edil de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, confirmó la operación y dijo que se debe a la existencia de «indicios de irregularidades relacionadas con las compras», aunque aclaró que «no tenemos pruebas aún», pero que, en todo caso, la empresa cree que «no es una gran cosa, sino algo menor».

Los tres se encuentran desde el miércoles suspendidos de empleo, pero no de sueldo, hasta que concluya la investigación que las fuentes alargan hasta la próxima semana, mientras los investigadores examinan los discos duros de los ordenadores de los tres jefes y el contenido de sus móviles corporativos que les fueron requisados en el inicio del expediente. Los tres son empleados con un largo historial profesional en Limasa.

La empresa ha querido darle imagen a este asunto y lo ha preparado al estilo de una gran operación policial. De esa manera, el miércoles poco después de las 8 de la mañana se personaron en las oficinas de Limasa seis abogados de la firma Garrigues, contratados por la empresa, junto con un experto informático, acompañados del jefe de Recursos Humanos. También fue requerida la presencia del presidente del comité de empresa.

De inmediato, los investigadores procedieron a aislar al jefe de Almacén y a su segundo en despachos separados y posteriormente también preguntaron a la jefa de Contabilidad.

Mientras el informático procedía a requisar los móviles corporativos de cada uno y a realizar una copia de los discos duros de los ordenadores de los investigados, los tres jefes fueron preguntados, por separado, por su actividad y de manera más directa por algunas facturas emitidas a proveedores. Al parecer, según señalaron las fuentes de la empresa, los investigadores tratan de esclarecer posibles irregularidades en algunas facturas.

La operación, que duró desde la 8 de la mañana hasta más allá de las 12.30 del mediodía, se desarrolló con tintes policiales, según los presentes. Pese a que no tenían obligación de responder, ya que los abogados no tenían poder para ello, los tres jefes respondieron a las preguntas y firmaron los papeles de inicio de los expedientes.

La operación fue llevada en todo momento por los abogados contratados por la empresa, que tenían instrucciones precisas de cómo actuar y qué preguntar. Su comportamiento, según las fuentes, fue descortés y desconsiderado hacia los investigados y alguno de ellos les reprochó su «escasa educación». En ningún momento trabajaron bajo la dirección de ningún responsable de Limasa ya que su gerente, aunque estaba en su despacho, según las fuentes, no apareció por las oficinas y el director de Recursos Humanos se limitó a estar presente, sin dirigir la operación.