«Es el homenaje que hubiera querido tener». Así resumía ayer uno de sus familiares el último adiós que amigos, compañeros y familiares rindieron a Oliver du Welz, el conocido surfero y bombero de Benalmádena fallecido en la madrugada del pasado domingo en un accidente de tráfico. Alrededor de 400 personas se dieron cita este viernes tarde en la playa situada junto a Puerto Marina para participar en un funeral surfero con el que todos quisieron recordarle.

Pasadas las ocho de la tarde, sus compañeros surferos salieron con sus tablas al mar para formar un círculo en conmemoración del joven fallecido, de 44 años. Una tabla cubierta con flores escenificaba su presencia, mientras que en la orilla una gran fotografía en blanco y negro de Óliver presidía este emotivo ritual. Muchos de los asistentes acudieron con indumentaria hawaiana y otros muchos llevaban unas camisetas conmemorativas en las que se había impreso un dibujo que el propio Óliver había hecho en su juventud.

Óliver pertenecía a la segunda generación de surferos de la provincia y había viajado por todo el mundo en busca de las mejores olas, recordaba ayer su familia,que lo definía como una persona espontánea, seguro de sí mismo, muy líder. Y no sólo el surf era su motivación, también practicaba el submarinismo, había hecho montañismo, era un deportista, en definitiva, al que le gustaba la aventura y el riesgo. Se había formado como ATS, pero desde el año 2005 formaba parte del cuerpo de bomberos de Benalmádena.

El homenaje se alargó durante una hora y finalizó con la suelta de farolillos chinos en recuerdo de Óliver, que deja mujer y dos hijas de corta edad, y al que su familia siempre recordará por su vitalidad. Sus cenizas fueron esparcidas al mar por su madre. Descanse en paz.