Málaga Valley se marca como retos de futuro convertirse en un foro más participativo y de consenso, con tres objetivos claros: la internacionalización de las empresas, la atracción de inversiones y la implicación de agentes locales. Así se ha avanzado este lunes en el encuentro que han mantenido en el PTA con firmas malagueñas y que ha sido el primer acto de la nueva presidenta, Cristina Garmendia, cuyo nombramiento se oficializará a principios del próximo octubre.

En esta nueva andadura de Málaga Valley este año, uno de los grandes eventos se hará con Alemania, en lo que será el prototipo de la nueva manera de trabajar del ente, acudir a países que puedan traer beneficios a Malaga. Así, hasta la capital se desplazarán empresarios alemanes para visitar y ver cómo trabajan firmas ligadas al Málaga Valley.

Garmendia ha explicado que este nuevo periodo estará marcado por una medición constante del impacto de todas las acciones que se lleven a cabo y del prestigio de la marca y ha incidido en que quieren que sea un proyecto abierto, y que ahora toca redefinir qué se va a hacer.

Esta nueva etapa no sólo está marcado por el cambio de la presidencia, sino que también porque después de diez años va a ser la primera vez que opere sin financiación municipal, una vez que así lo decidió el pleno.