­Desde que se divisa la primera columna de humo en el horizonte hasta que un incendio se da por extinguido todo el personal del Infoca realiza una estudiada coreografía de medios humanos y técnicos, que han hecho que el 80 por ciento de los fuegos se queden en conatos.

No es una tarea fácil, pero es cierto que cada verano se reducen los siniestros graves y de grandes dimensiones, aunque la guardia siempre está levantada, en un dispositivo que no solo tiene a los miembros de este plan, sino que cuenta con la coordinación y ayuda de distintos medios de seguridad ciudadana para que el fuego avance lo menos posible una vez que es detectado.

Todo se inicia cuando se ve la primera columna de humo, y se valoran los medios que hay que enviar para que no avancen las llamas: «Influyen muchos elementos, como la orografía, vegetación, viento, etcétera... En todo caso, son los directores y los técnicos de extinción in situ, atendiendo a la gravedad del siniestro, quienes valoran el número de medios necesarios para la extinción».

Lo explica a Efe el Plan Infoca, donde subrayan que lo normal es que la incorporación de personal, vehículos autobomba y aeronaves se realice de forma escalonada y su retirada se produzca de igual manera, siempre teniendo en cuenta que el apoyo de otros operativos viene dado por el nivel de la emergencia.

Por ejemplo, «cuando es nivel 0, que solo afecta a bienes forestales, es el Plan Infoca el que interviene, y en este caso los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado vigilan que nadie acceda al perímetros del incendio», aunque si sube a «1» se despliega un dispositivo de protección civil, todo ello concentrado en el Puesto de Mando Avanzado.

Al pasar a nivel 2 puede solicitarse la incorporación de medios extraordinarios estatales, «pero si llegamos al «3», entonces hablamos de incendios en los que está en juego el interés nacional, los declara el Ministerio del Interior».

Con todo ello, aunque nunca se está libre de un siniestro grave, se ha conseguido que el 80 por ciento de los fuegos no pasen de una hectárea, aunque el Infoca subraya que «la mayor parte de los incendios se produce en verano, pero el plan también tiene capacidad de despliegue de medios humanos y materiales fuera de la época de alto riesgo».

De esta forma, ese porcentaje alto de siniestros forestales que se queda en conato se debe principalmente a la profesionalización del dispositivo, «la prevención, la rápida intervención y a la situación estratégica en todo el territorio forestal andaluz de los medios de extinción». Es esencial, por ejemplo, la detección temprana del fuego a través de los puntos de vigilancia del Plan Infoca o de las llamadas de los ciudadanos al teléfono 112, lo que ayuda a desplegar a los medios y llegar al incendio cuando éste está en un estado incipiente.

La telefonía móvil ha convertido al ciudadano casi en un miembro más del Infoca, con datos como que solo en los primeros instantes del incendio de Coín del 2012, el 112 Andalucía recibió unas 2.000 llamadas alertando de las llamas.

Por regla general, los avisos de incendios forestales llegan hasta los centros operativos a través de los puntos fijos de vigilancia del Infoca (más de 200 en toda Andalucía), o mediante las llamadas de los ciudadanos al 112.

Una vez alertado el Centro Operativo Provincial (COP) de la provincia afectada, éste activa a los medios terrestres y aéreos de extinción necesarios que se encuentran posicionados en los 23 Centros de Defensa Forestal (Cedefo), y que se encuentren en el radio de acción del despacho automático.

Con todo, la sensibilización social es imprescindible en la lucha contra el fuego, entre las que destacan acciones de divulgación, educación e información, o las normas que regulan los usos y actividades (uso del fuego) en el medio rural.