Ahí está de nuevo. En todo su caluroso esplendor. Estamos en agosto y esta semana se ha sabido que el terral acompañará a la provincia durante todo el mes con apariciones continuas. Si habría que elegir un antónimo a la expresión coloquial de «un soplo de aire fresco», probablemente este fenómeno meteorológico sería el más adecuado y justificaría, en parte, el porqué de la ralentización de la vida en todos los aspectos. Agosto es el mes de verano por excelencia y sumerge al país en un estado de letargo que, en política, se ha caracterizado tradicionalmente por un bajón galopante en la actividad a nivel institucional. Las convocatorias de prensa se reducen al mínimo para acabar desapareciendo por completo y las redes sociales de los políticos provinciales se llenan de primeras instantáneas con sabor a vacaciones. Sin grandes excentricidades porque, de lo que se trata, es de parecerse en lo máximo posible al ciudadano de la calle y no cualquiera puede disfrutar de un baño en la piscina del Marina Bay y con Singapur a los pies. El habitual enfrentamiento político, con su ruido y toda su parafernalia, cesa durante un corto espacio de tiempo. Usted se da cuenta de que se ha llegado a este punto muerto de momentánea tregua, cuando los periódicos multiplican sus titulares haciendo referencia, por ejemplo, a vídeos de cachorros de panda y gatitos diversos.

Este ambiente prelúdico se está viendo enmarronado este año por la manifiesta incapacidad de los partidos para ponerse de acuerdo en la conformación de un Gobierno. No sería erróneo afirmar que la astenia primaveral, un estado parecido al letargo estival mencionado previamente, se apoderó de Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias antes de llevar a España a unas segundas elecciones y se ha extendido como el veneno en el Congreso de los Diputados.

Sin avances. Lo único claro que se ha sacado de los sucesivos encuentros entre Rajoy y el resto de líderes es que la gobernabilidad del país no está un ápice más cerca de lo que lo estuvo antes de que todos se estrecharan la mano. Es cierto que se dejaron atrás los rostros sulfurosos con los que tuvieron a bien obsequiarnos Rajoy y Sánchez en su primera reunión, cuando éste último todavía estaba intentando acceder a La Moncloa. Pero, a medida que pasan los días, y por mucho que se esté incrementando la presión sobre Sánchez, éste sigue instalado en el «no» que salió del Comité Federal. Sin fecha concreta aún para una investidura, los líderes empiezan a carecer cada vez más de autoridad moral para seguir exigiendo hacerse con las riendas del futuro de la nación. En este impasse en el que se encuentra de nuevo España, todavía retumban las voces del PP exigiéndole a Patxi López una fecha concreta para la investidura. Ansiosos entonces por socavar cualquier posibilidad de Sánchez para sumar apoyos, los populares han demostrado no tener las mismas reivindicaciones para Ana Pastor. Un claro ejemplo más de hasta dónde es capaz de llegar el funambulismo político. Alguien debería de recordarle a Pastor que su cargo como flamante presidenta de la Mesa del Congreso, además de un notable incremento de sus retribuciones, le saca automáticamente de la órbita partidista. En el sentido estricto, ya no trabaja para el PP y no puede seguir posponiendo la investidura hasta que a Rajoy le cuadren las fechas. Ahora no guarda un ministerio sino una finca que es de todos y no de un partido.

Expectativas. Parte fundamental de la política radica en la gestión de las expectativas. En este delicado equilibrio Rajoy se congratuló después de su encuentro con Rivera de que, por primera vez, percibía un cambio de actitud. Cuando se trata de dibujar un horizonte para luego cumplirlo, por primera vez Rajoy dejo entrever que la posibilidad de que la gobernabilidad está más cerca. La convicción en el PP es nítida: un sí de Ciudadanos a Rajoy forzaría al PSOE a pasar por el aro de la abstención. Sin embargo, tampoco habrá avances significativas la semana que viene. Así lo confirman varios diputados malagueños de distintos partidos. En la formación naranja, incluso, lo tienen tan claro que les han sugerido a los suyos que directamente se queden en casa. Que no es necesario que viajen a Madrid porque no habrá movimientos significativos. Teniendo en cuenta que la gran mayoría no forma parte de ninguno de los equipos negociadores, algunos diputados malagueños, según confiesan, están aprovechando estos días para acudir a la playa. Ventajas de ser un provinciano.

Bases polémicas. Donde no ha cesado la actividad, es en la Diputación. Esta semana se ha conocido el borrador de bases que, según entienden en la formación naranja, debe de ejercer como núcleo para regir los futuros concursos públicos en las empresas vinculadas. Experiencia en empresa privada, titulación superior o bagaje en cargos de alta dirección son sólo algunos de los múltiples requisitos que ha puesto Gonzalo Sichar a los futuros gerentes de Turismo Costa del Sol, del Consorcio Provincial de Bomberos y de lo que salga de la fusión de Aguas y Residuos Sólidos. Para Ciudadanos es el paso definitivo para acabar, con lo que entienden ha sido hasta ahora la potestad de Elías Bendodo para ofrecer cargos y empleos en la telaraña institucional de la Diputación. El problema viene en el momento en el que, y así lo avisó Sichar asegurando que «no se negociará a la baja», el portavoz ha convertido este borrador en una especie de tabla rasa. En el resto de partidos, incluidos el PP, aunque éste último sí fue avisado puntualmente, están bastante molestos por considerar que se han impuesto unas bases que no han sido consultadas por nadie más que los dos diputados que tiene la formación naranja. Desde la irrupción de Ciudadanos en la Diputación, la formación ha tratado de alimentarse de su posición de privilegio que le otorga ser la palanca que puede hacer girar el gobierno de un lado para otro. Pero no dejan de ser dos diputados en un corporación compuesta por 31.

Institucionalizado Podemos, hace poco el mayor fenómeno político, da muestras continuas de que cada vez se parece más a lo que trató de combatir. Esta semana se ha sabido que Málaga Ahora ha fichado como cargo de confianza a Nicolás Sguiglia. El también responsable de Organización de Podemos pasará a percibir 40.299 euros. Aunque insiste en que él sólo se embolsará 1.310 euros al mes y que el resto va para el partido. A los bolsillos de los malagueños esa filantropía les da igual porque el gasto sigue siendo el mismo.

C´s y PSOE en MIjas

El alcalde de Mijas, Juan Carlos Maldonado, ha invitado a los estamentos políticos a que acudan a la apertura de la nueva plaza de la Virgen de la Peña. Entre los confirmados llama la atención la presencia del presidente de la Diputación de Sevilla, el socialista Fernando Rodríguez Villalobos. Aunque también encabeza la FAMP, llama la atención su presencia. Quizás menos, si se tiene en cuenta el origen socialista del actual alcalde mijeño. Una entrada del PSOE en el equipo de gobierno de Maldonado sólo parece ya una cuestión de tiempo.