Los meses de vacaciones son el periodo más anhelado para desconectar del trabajo, los estudios e incluso para desconectar de determinadas personas, pero son muy pocos los que aprovechan la época estival para dejar de lado el teléfono móvil y disfrutar del verano en plenas condiciones. El imparable desarrollo de las nuevas tecnologías ha revolucionado la vida de los usuarios, cambiando sus hábitos y llegando a provocar una nueva adicción, que cada día es más frecuente entre los más jóvenes.

Se trata de la nomofobia, una enfermedad del siglo XXI que consiste en el miedo irracional a salir de casa sin el móvil. Según los datos proporcionados por los especialistas en Psicología del hospital Vithas Xanit de Benalmádena, los afectados por esta adicción suponen ya casi el 70% de la población. «El teléfono móvil se ha convertido en un accesorio imprescindible para la gran mayoría de nosotros, hasta el punto de que son muchas las personas que presentan miedo extremo, ansiedad y estrés al permanecer sin su teléfono, ya sea porque se le ha olvidado en el domicilio o porque se ha quedado sin cobertura o batería», apunta la doctora Gloria Martín.

No obstante, los especialistas advierten de que la mayoría de los pacientes no son conscientes del problema que sufren, por lo que indican algunas de las señales que pueden alertar de un uso abusivo del teléfono móvil cuando no se tiene acceso a él, como sudores, taquicardia, nerviosismo o sensación de ahogo. «Son los síntomas característicos de una fobia, al igual que la irritabilidad y la falta de concentración», explica la psicóloga. Además, la nomofobia conduce a la pérdida de interés por aficiones previas y a la pérdida de la noción del tiempo mientras se está usando el teléfono.

La doctora Martín destaca que estas personas son más propensas a las inseguridades y el aislamiento social: «Utilizan el móvil como una especie de protección a la hora de enfrentarse a las relaciones sociales, convirtiendo su uso en única vía de escape o fuente principal de placer, lo que conlleva, a su vez, mayores sentimientos de inseguridad, generándose un círculo vicioso del que es complicado salir sin ayuda profesional». Asimismo, señala que usar móviles más de 10 minutos al día aumenta en un 71% la probabilidad de padecer tinnitus, lo que provoca un zumbido en el oído y disminuye la capacidad de escuchar. Por ello, recomienda aplicar medidas de autocontrol y evitar tener el móvil continuamente en la mano.