­El compromiso adquirido tras toda una vida dedicada a la Medicina ha sido suficiente para que en las últimas semanas el colectivo de médicos jubilados de Málaga haya querido devolver todo lo que su profesión les ha dado alzando la voz en defensa de sus compañeros en activo y de los pacientes, que están padeciendo un verano de urgencias colapsadas, consultas desbordadas y camas cerradas, consecuencia de los recortes presupuestarios que la sanidad andaluza viene soportando.

Así, con el único objetivo de defender una sanidad pública de calidad y pedir a la Administración que dote de recursos suficientes a los centros sanitarios para que la atención a los pacientes esté garantizada, unos cuarenta sanitarios que durante años asumieron cargos de responsabilidad en el SAS, se concentraron a las puertas del Colegio de Médicos de Málaga para proceder a la lectura de un manifiesto que, a través de doce puntos, recoge el malestar de todo un colectivo ante lo que consideran «un importante deterioro» del sistema público andaluz. Sin embargo, «la falta de camas y el desbarajuste hospitalario», junto a «la reducción de las plantillas», es para ellos, casi igual de preocupante que el hecho de que «los responsables sanitarios no admitan esta reducción del presupuesto». «Traten con más respeto a la profesión médica. Déjense de retórica y plásmenlo en contratos», era una de las reivindicaciones que reflejaba el documento. Pero no la única, también pedían mayor consideración y sobre todo mayor estabilidad laboral para los doctores más jóvenes, pues apuntaban que «de entre los médicos han sido los los más afectados, incidiendo en su desarrollo profesional y humano». Al mismo tiempo que culpaban a los actuales gestores de la pérdida de esperanza de las nuevas generaciones de sanitarios: «Qué, sino la falta de esperanza, pueden llevar a tanto médico malagueño a tener que emigrar a otra comunidad o a otro país», decían.

Aunque es habitual que durante los meses de verano se enciendan todas las alarmas, especialmente en los últimos años debido la crisis, no han sido ni mucho menos los únicos en quejarse por la estampa que presentan los hospitales de la provincia. Desde sindicatos hasta usuarios, pasando por todas las categorías que incluye el sistema sanitario han manifestado, en algún momento del verano, su disconformidad ante el déficit de recursos tanto humanos y materiales contemplados por el plan vacacional diseñado por el SAS. Pero la protesta de los médicos va más allá y se basa en una reclamación que consideran vital para el mantenimiento de una sanidad de calidad: una plantilla de médicos estable. «La medicina exige personalización, disciplina y continuidad asistencial. La búsqueda de contratos en el último minuto, cuando se hacen evidentes las carencias, son un ejemplo de improvisación impropia de una gestión eficiente que deja ver un gran problema de fondo», concluían.

Manuel García. Médico jubilado y secretario general del Colegio de Médicos de Málaga"Hemos vivido otra época del SAS en la que sí teníamos esperanza"

Como exjefe de Neonatología del Materno, profesor titular de Pediatría en la UMA y secretario general del colegio, está empeñado en «dar una vuelta de tuerca a la situación para que la sanidad en Málaga funcione correctamente».

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«Es una sanidad inestable la que tenemos ahora. No sé si será o no el peor verano, pero desde luego está siendo muy malo», lamenta Manuel García del Río, uno de los impulsores del manifiesto y secretario general del Colegio de Médicos de Málaga. «Las interminables listas de espera y la gran presión asistencial, junto a las condiciones laborales que ofrecen a los sanitarios son muestra del deterioro del SAS en la provincia», continúa el experimentado doctor que, hasta su jubilación en 2009, fue jefe de Neonatología del Hospital Materno Infantil. Un cargo que, a su entender, le permite opinar con conocimiento de causa: «Gestionar no es sencillo pero es posible hacerlo bien y, en estos momentos, no se está siendo así». García recuerda cómo «hace años la administración no ponía tantos impedimentos a la hora de contratar personal», aunque sostiene que «luchaba mucho» por conseguir más recursos para el centro. «Hemos vivido otro SAS en el que sí teníamos esperanza», asegura.

«La sanidad no es buena para aquel enfermo que está en Urgencias quejándose por las horas de espera, pero los medios son los que son. Y si esto sigue así el sistema público se puede ir a pique», decía. Para él, los medios humanos son insuficientes, pero también los materiales. Sin embargo, considera que la situación es reversible y defiende, en primer lugar, la urgencia de «contratos dignos y estables». «La administración no está tratando bien al médico joven, sino que les está ninguneando», critica al respecto. Pero si hay algo que el especialista quiere transmitir es que su colectivo «no pretende ser enemigo del SAS». «Nunca vamos a usar a un enfermo para presionar a la Junta, ni vamos a dejar de asistir a nadie que lo necesite». «Como médicos, lo primero que tenemos en la mente es el paciente, y esa es la ventaja de la administración, que sabe que nunca vamos a jugar con eso», afirma.

Gemma Ramírez. Médico jubilada"El SAS se está preparando para un cambio y no sabe cómo hacerlo"Como directora de la UGC Laboratorio y Hematología del Clínico hasta hace sólo dos años, ha presenciado in situ las consecuencias de la crisis en una sanidad «masificada».

«El médico ya no es una persona que se sienta a escuchar a otra, sino que tiene que atender varias pantallas, imprimir consentimientos, dar las instrucciones oportunas al enfermo y eso hace que se dilate mucho el tiempo que debe emplearse en cada enfermo; tiempo del que no se dispone porque las consultas están masificadas», así explicaba la hematóloga Gemma Ramírez «la realidad» que día a día viven sus compañeros de profesión y que ella misma constató hace casi dos décadas cuando asumió la jefatura de Servicio de Hematología del Clínico y, más tarde, la dirección de la UGC Laboratorio y Hematología hasta su jubilación en el 2014.

«En Málaga la población se multiplica de manera exponencial. Y esta situación no está contemplada en la administración en su verdadera dimensión, no estando el refuerzo necesario del personal sanitario en general y de estamento médico con contratos precarios», indica Ramírez. Y es que, en ese sentido, la doctora reconoce tener «constancia de que la acumulación de visitantes este verano es la más alta que se recuerda» y que, aunque no duda que los gestores sanitarios «lo querrán ver resuelto, el problema existe y deben ponerse todos los recursos necesarios para su solución». «Las denuncias son lógicas, es verdad que las Urgencias están saturadas; no hay camas de hospitalización disponibles y los pacientes graves pueden estar más de un día en un sillón en urgencias; y también es verdad que el decreto de la demora por patología no siempre se cumple», dice.

En definitiva, «asistimos a un tiempo nuevo para el que la administración se está preparando y no sabe muy bien como hacerlo», opina la facultativa.

Federico Soriguer. Médico jubilado"En Málaga hay un gran problema hospitalario por la fracasada fusión"Fue Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Carlos Haya y director científico de IBIMA, ahora tres años después no quiere limitarse a ser un mero observador de lo que considera «un deterioro de la calidad asistencial».

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«El sistema andaluz está pasando un mal momento» por dos motivos, la reducción del presupuesto y «el empeño por parte de los gestores en seguir ofreciendo el mismo servicio con menos profesionales». Es el resumen del panorama sanitario que describe Federico Soriguer, quien fuera Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Carlos Haya y director científico de IBIMA hasta el 2013. «Se está exigiendo a los sanitarios un mayor rendimiento al mismo tiempo que se reducen las infraestructuras», critica. Lo que significa un aumento de las exigencias laborales, acompañado de la disminución salarial y, lo que es más importante, de la dignidad de los puestos de trabajo especialmente en el caso de los jóvenes. Y este es, a su juicio, el principal motivo que explica la fuga de los recién titulados.

Una situación, que según el especialista, es especialmente preocupante en Málaga donde «hay un gran problema hospitalario, un problema singular por la disfuncionalidad de la estructura física del Carlos Haya, que se ha visto incrementada tras la fracasada fusión de los dos grandes hospitales». Y esto no se resuelve con un tercer hospital, sino con una refundación que genere un nuevo gran centro», añadía.

No obstante, el endocrinólogo considera que «la población no es consciente aún de la pésima situación que está atraensando la sanidad malagueña», que sostiene es evidente con hechos como que actualmente hay lista de espera en la medicina privada o que, en la provincia, la suma total de camas en centros hospitalarios privados supera a la de los públicos. Síntomas, según el especialista, de la saturación del sistema y de que los usuarios se están viendo obligados a buscar la atención que no están recibiendo del SAS. «Los ciudadanos tienen que darse cuenta de que está en juego nuestro sistema de salud público, del que tanto hemos presumido. Ya no tenemos el mejor sistema sanitario del mundo, aunque la administración lo pretenda a costa de la explotación de los trabajadores», sentencia.

@aidagar