Los Servicios de Inspección Pesquera de la Junta, en colaboración con la Guardia Civil y la Policía Autonómica, han decomisado en Málaga durante el primer semestre del año 8.728 kilos de productos pesqueros, una cifra que se acerca a los 11.839 kilos que intervino durante todo el año pasado. La cifra supone, además, el 18,33% de los 47.593 kilos incautados en toda la región, cifra que también ha pulverizado los 40.023 kilos intervenidos durante todo el 2015. Según la propia administración andaluza, esto constata la mejora en la efectividad de las actuaciones llevadas a cabo. En los primeros seis meses de 2016 se han levantado 3.025 actas. Por provincias, sólo Huelva y Sevilla superan a Málaga con 16.112 y 11.459 kilogramos, respectivamente, mientras que Cádiz se sitúa en cuarto lugar con casi 7.200 kilos por delante de Jaén (2.505), Córdoba (838), Almería (719) y Granada (37).

En cuanto el tipo de producto, se han contabilizado 66 especies distintas, si bien únicamente siete representan el 86% del peso del total incautado. Se trata de la chirla, con el 57,7% (27.477 kilos), la merluza con el 9,4% (4.492 kilos), la ortiguilla con el 7,1% (3.401 kilos), el atún rojo o de aleta azul con el 5,9% (2.804 kilos), el boquerón, con el 3,5% (1.643 kilos), la bacaladilla, con el 3,5 % (1.593 kilos) y la coquina, con el 2,3 % (1.082 kilos). En lo que va de año, el 63% de los productos pesqueros incautados, un total de 30.019 kilogramos, se han destinado a la alimentación de personas desfavorecidas de Andalucía a través de entidades benéficas o de carácter social, tales como bancos de alimentos, siempre y cuando hayan pasado los controles necesarios para garantizar el cumplimiento de los requisitos sanitarios. En 2015 se destinó a este fin el 86,5% de los productos incautados, 34.611 kilogramos. Ésta es una de las actuaciones que la Consejería lleva a cabo para contribuir a la consecución de los objetivo de la Alianza para la lucha contra la pobreza infantil en Andalucía. Por otro lado, cuando las condiciones son adecuadas, los moluscos bivalvos decomisados se resiembran en los caladeros con el objetivo de contribuir a la sostenibilidad de los caladeros.