El mejor sushi cocinado por un español tiene nombre propio: Carlos Navarro Björk. El autodidacta malagueño ya se encuentra entre los ocho mejores cocineros del típico plato japonés a nivel mundial tras ser el único español en disputar la Copa del Mundo de Sushi, celebrada ayer en Tokio. «Ha sido brutal, estaba rodeado de los mejores y ha sido una experiencia increíble», declaró Navarro a este periódico pocas horas después de culminar el torneo.

El malagueño, que acudía al campeonato con la única intención de participar y aprender más, se ha hecho con una de las cinco menciones especiales que otorga el jurado, quedando entre los ocho primeros de los 50 participantes. Así, los primeros puestos han ido a parar a un brasileño de ascendencia japonesa, un cocinero de Rusia y otro de Malasia, respectivamente.

El plato que le ha dado el triunfo a Carlos Navarro ha sido un maki (pescado y arroz enrollados en una hoja de alga), elaborado con una técnica para desarrollar en un papillote caliente, lo que permite que se coma templado. «Cuando le he aplicado fuego, todo el jurado se ha acercado a verlo porque ha sido bastante impactante», explicaba todavía emocionado.

El cocinero malagueño, que antes se dedicaba a la informática, reconoce que siente debilidad por el edomae, la línea de cocina japonesa más tradicional que se basa sobre todo en la técnica y, a pesar de encontrarse entre los mejores del mundo, no tiene pensamiento de abrir ningún restaurante, sino que prefiere dedicarse a la formación. «De momento, voy a seguir formando a profesionales en hoteles y restaurantes, he llegado a acuerdos con una asociación japonesa que se dedica a diseminar el sushi por el mundo y mi intención es potenciarlo en España», aclara.

La Copa del Mundo de Sushi, convocada por la Old Japan Sushi Association, se celebró entre los días 18 y 19 de agosto. En la primera cita, se desarrolló la fase clasificatoria, donde los participantes tuvieron que preparar un plato con 40 piezas de sushi tradicional. De ahí, salieron 20 finalistas, entre los que se encontraba Carlos Navarro, y fue ayer mismo cuando tuvo lugar la fase final. En la prueba, los cocineros tuvieron que elaborar un plato de 40 piezas de sushi creativo para que el jurado valorara la técnica y el emplatado, y otras diez piezas para su degustación. «Haber venido a Japón es un reto increíble y ser evaluado por gente japonesa es todo un honor para mí», aseguró Navarro, que también reconoció que el jurado fue «muy estricto». Ahora le toca seguir formando a profesionales para contribuir al desarrollo de la cocina japonesa en España.