A plena luz del mediodía, dos jóvenes se adentran a cara descubierta en las instalaciones de El Balneario, el restaurante de los Baños del Carmen. Con paso firme abre camino un hombre blanco que va con camiseta rosa y bermudas oscuras, que parece conocer el camino y dónde están las cámaras porque las evita. Le sigue su socio, de raza negra y peinado con trenzas, vestido con ropa oscura y una capucha que no utiliza. En fila india se cruzan con dos empleados e incluso le ceden el paso al que lleva un carrito. Avanzan unos metros más y se detienen. Parecen darse las últimas consignas cuando el guía se levanta la camiseta para que el otro coja algo que lleva entre el pantalón y la tripa. El primero vuelve por donde ha venido y el segundo entra en otra estancia.

"Entró en el despacho como un elefante en una cacharrería. Cuando vi que me estaba encañonando con una pistola me caí de la silla", asegura el empresario de los Baños del Carmen que ha sufrido el atraco y, de forma instintiva, comenzó a devolverle los gritos al asaltante: "Sólo quería que dejara de apuntarme y comencé a forcejear con él".

Por las imágenes que las cámaras de seguridad han grabado este lunes por la mañana, el párrafo anterior duró algo menos de diez segundos, los que tardó el hombre armado en desistir en su intento y huir. Tanto corrió que alcanzó a su compañero muy poco después de que este saliera del establecimiento. Los gritos del empresario, que salió tras él, alertaron al resto de empleados que intentaron alcanzarlos infructuosamente antes de que los atracadores se perdieran por la calle Bolivia. Desde la empresa recelan, ya que los asaltantes, o al menos uno de ellos, han demostrado conocer muy bien la trastienda del restaurante y el día elegido para el atraco. Un lunes, tras un fin de semana y una larga Feria, justo cuando se preparaban los pagos empleados y proveedores. La Policía Nacional se ha hecho cargo de las investigaciones.