­­El mar está agitado, las series de olas se suceden con más virulencia de lo habitual y muestran la cara más salvaje del plato manso al que tan acostumbrados nos tiene el Mediterráneo. A pesar de que pueda ondear la bandera roja para muchos el no bañarse no es una opción que se contemple. Una vez dentro es cuando se mide la fuerza que conlleva cada una de las olas que escupe hacia la orilla y recoge con ahínco a través de las corrientes todo lo que le pertenece.

Con 13 personas que han fallecido al ahogarse en lo que va de año en la Costa del Sol -dos de ellas en piscinas- la trágica cifra se aleja del total de 25 que se alcanzaron el año pasado y que dejaron a la provincia como la que más muertes de esta causa registró en España. Sin embargo, este verano se envuelve en unas condiciones atípicas y desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) detallan que no se recuerda en el siglo XXI ninguna época estival con episodios de levante tan constantes. Una situación que ha hecho izar la bandera roja y amarilla más veces de lo habitual.

A diferencia del verano pasado, en el que no hubo apenas episodios de levante, las masas de aires están más bajas que en otras ocasiones y la entrada de aire fresco por el sur de Francia hasta alcanzar el Mediterráneo genera una circulación de aire que nos ha dejado olas de hasta 2,80 metros como se pudo observar en el temporal que azotó la costa malagueña durante la primera semana de agosto.

Aun así, por norma general las olas no alcanzan una altura muy elevada. En ocasiones se ha llegado a lo que se denomina fuerte marejada (por encima de los 1,25 metros de altura) pero no es lo habitual en Málaga. Los episodios de levante vienen marcados por marejada (olas que no alcanzan 1,25 metros), una altura que no esconde peligro alguno para muchos pero que puede ser traicionera en ocasiones debido a las corrientes que se generan debajo del agua. El responsable Salvamento marítimo, playa y tierra de Cruz Roja en Málaga, Mario Pérez, afirma que ese es el principal problema que tiene este tipo de temporales. «El levante tiene el problema de la corriente de resaca. Esa agua que va a la orilla tiene que volver al mar y lo hace a través de unos canales que no son visibles», matiza.

En cuanto a las zonas de baño que hay que evitar, lo primero es respetar la bandera que ondea en la playa. Pérez asegura que gran parte de los ahogamientos o personas que se salvan durante el verano se evitarían solo con hacer caso las recomendaciones del equipo de socorristas. En caso de no ser así, cuando hay olas Mario Pérez asegura que hay que evitar meterse en el agua en la línea de olas en la que no se produce espuma. «Esa zona es por donde no hay que meterse. Es la corriente de resaca y por ahí regresa el agua hacia el mar», sentencia.

En caso de verse envuelto en un episodio desagradable en el agua el responsable de Salvamento marítimo de Cruz Roja asegura que lo principal es mantener la cabeza fría e intentar no luchar contra la corriente. La persona gastará sus fuerzas y acabará ahogado. «Hay que ir hacia uno de los dos lados de manera perpendicular. Lo ideal es salir de la corriente, nadar perpendicular y la propia ola te llevará», expresa.

Mantener la calma es la clave para alargar el tiempo de espera hasta que un socorrista o bañista ayude a salir. En ese caso, si la persona entra en parada cardiaca los cuatro primeros minutos son vitales. «A partir de los cuatro minutos hasta llegar a diez es una curva que sube muy rápido al fallecimiento», sentencia el responsable. En esos minutos decisivos practicar o no el soporte vital básico puede ser la diferencia entre sobrevivir o morir.

Playas seguras en Málaga

El jefe de servicio de Protección Civil de Málaga, Juan Benítez, asegura que las playas del litoral malagueño por sí mismas no entrañan peligro alguno. Poco tienen que ver con otras del litoral andaluz como puede ser la afamada playa de los muertos de Almería o la del faro de Trafalgar de Cádiz en las que la arena está poco consolidada y han registrado más incidentes que el resto, según indica el propio Benítez.

«Nuestras playas son bastante uniformes y cuando hay algún incidente o alguien se ahoga suele ser porque no tiene experiencia, no está acostumbrado al mar o por culpa del atrevimiento», sentencia. Sin embargo asegura que si los bañistas hicieran caso a las banderas gran parte de los incidentes se podrían evitar. Una de las afirmaciones que reiteran todas las fuentes consultadas. «Al no ser playas peligrosas suele ser la imprudencia lo que está detrás de todo esto», expresa.

Aun así, el propio responsable de Protección Civil reconoce que el servicio de socorrismo es mejorable ya que podría aumentarse la jornada de trabajo de los socorristas. «Se podrían replantear los servicio para cubrir la franja horaria. Todo es mejorable», indica, al igual que la temporada en sí misma. La ciudad se presta en meses que no son propios del verano para acudir a la playa y son muchos los que no desaprovechan la ocasión a pesar de que no haya vigilancia.

Los medios se hacen eco prácticamente cada semana de una nueva tragedia en el mar y algunos municipios se plantean sancionar de manera económica aquellos que se bañen con bandera roja.

«Cuando una persona se pone en riesgo a su vez pone en riesgo al que va a salvarlo. Ha sucedido que la persona que ha ido a ayudar también se ahogue», expresa Juan Benítez. Es por ello que varios municipios se plantean la posibilidad de cara al verano que viene de sancionar económicamente a los bañistas que se adentren en el mar con bandera roja. Localidades como Estepona o el Rincón de la Victoria ya lo contemplan en sus ordenanzas de playas y aquellos que se bañen en condiciones adversas pueden ser sancionados con hasta 3.000 euros. En la actualidad municipios como Vélez Málaga, Torrox o Torremolinos estudian su implantación. Fuengirola acaba de adquirir diez soportes informativos para alertar a los bañistas de las corrientes de retorno. Medidas que los responsables de los servicios que velan por el mar ven con buenos ojos ante los episodios de las últimas semanas.

La bandera roja

Prohíbe el baño por oleaje o fuerte viento. Evita meterte en el agua en estas condiciones. Es la única forma de no poner tu vida y la de los demás en peligro.

La bandera amarilla

Nos indica que podemos bañarnos pero con precaución. En caso de que el estado de la mar vaya a peor se pondrá roja. Presta atención.

La bandera verde

Es el estado ideal para disfrutar de un buen baño. Aun así nunca hay que bajar la guarda. Cualquiera

puede tener un imprevisto en el mar.