­­La etiqueta de vendimia heroica no se acuñó en Málaga. Pero por las pendientes que muestran muchos de los viñedos de comarcas como la Axarquía, las mayores de todo el país, expertos de media Europa no dudan en catalogar a la labor de recolección de la uva en estas zonas como la «más ancestral, heroica y compleja» de cuantas se mantienen aún vivas, sin medios mecánicos, en todo el continente.

El presidente de Asaja, Baldomero Bellido, no tienen ninguna duda al respecto. Como portavoz de uno de los colectivos más significativos de la provincia en cuanto a la representatividad de los productores agrarios, remarca que la provincia tiene a auténticos héroes durante estos días, en plena tarea de recolectar más de 5,5 millones de kilogramos de uva.

«Este año vamos a mantener el número de kilos del pasado año en algunas zonas. En otras, como Ronda, debido a que 2015 fue de récord, habrá una bajada que no deja de ser lógica. Pero lo más significativo es que Málaga, a diferencia de otros territorios andaluces, como ciertas zonas de Cádiz o Huelva, puede presumir en este 2016 de tener una uva muy sana. Ha habido altas temperaturas, pero por la noche ha refrescado y tenemos la producción en un estado óptimo», remarca.

Los distintos sindicatos agrícolas, en base a las primeras cifras que arrojan las cooperativas y comercializadoras malagueñas, ya apuntan a montantes globales, si bien es cierto que en Mollina no empieza hasta el 5 de septiembre la recolección de la uva mayoritaria en la zona, la variedad Pedro Ximénez.

En la comarca rondeña, la cosecha se espera que sea de un millón de kilos. En tierras antequeranas, a diferencia de otros territorios, habrá algo más de producción que en 2015.

Tan sólo en la cooperativa local se esperan 3 millones de kilos, frente a los 2,5 del pasado año. Málaga Virgen estaba también en 800.000 kilogramos de uva recolectados y se espera que alcance el millón.

La Axarquía no alcanzará ese millón, pero se destaca la calidad de lo recolectado, así como la creciente especialización por la calidad de ciertas bodegas, por lo que la materia prima en origen cada vez tiene mejores parámetros y al mismo tiempo unos mayores precios.

Si se suman a los 4 millones de kilos de uva del entorno de Mollina, las cifras de la Serranía y de la Axarquía, el montante, hechos ya los cómputos oficiales dentro de unas semanas, podría acercarse incluso a seis millones de kilos. Baldomero Bellido insiste en que es pronto para balances, pero no lo es para considerar que estamos ante un «gran año» en cuanto a la vendimia malagueña.

«En Mollina empezaron a principios de agosto con la variedad moscatel morisca, la más temprana, y como en Cádiz han tenido problemas con las plagas, estaban deseando que arrancara la vendimia para adquirir los primeros kilos de estas uvas», explica. La circunstancia aludida ha hecho que, aunque en la zona se ha incrementado la producción, los precios hayan obtenido un repunte significativo.

Sin abandonar Mollina, hace apenas una semana ha comenzado la recogida de las variedades tintas y en la Axarquía, la uva moscatel que desde hace más de un siglo ha dado nombre internacional a localidades como Cómpeta.

«Lo más importante es remarcar la salud que presenta el viñedo malagueño y, por la proliferación de bodegas que han apostado por la calidad, el esperanzador futuro que le espera al sector.

Según fuentes del Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga, las cifras anteriores son las esperadas: de 5 a 6 millones de kilogramos de uva y, también como el pasado año, de 2,2 a 2,5 millones de litros de vino. En este organismo, una de las claves para entender el auge de la uva en la provincia malagueña se encuentra en la «diversidad de los productos», así como en la apuesta decidida por actividades complementarias que antes no se ejercían en Málaga.

Acerca de este último aspecto, las mismas fuentes señalan que el enoturismo cada vez tiene más peso en comarcas como la rondeña. «Las bodegas se han puesto las pilas y han considerado que esta actividad complementaria a la producción y comercialización del vino les puede reportar importantes beneficios, igual que ya ocurre en otras zonas de España», expresa el propio Consejo Regulador malagueño.

Insiste en que la vendimia heroica de zonas como la Axarquía cada vez es más conocida fuera del país. Y lo que es mejor, mientras que otros destinos tienen que crear importantes campañas de difusión para dar a conocer sus potenciales visitas a bodegas y viñedos, Málaga cuenta con el enorme potencial de ser uno de los enclaves de vacaciones más conocidos de Europa. «Tenemos el turista en el destino, asentado y en muchos casos con segunda residencia, por lo que la base fundamental no hay que trabajarla», asegura uno de los responsables de Bodegas Dimobe, situada en la localidad axárquica de Moclinejo.

En este territorio oriental se ha apostado asimismo por el enoturismo en Sayalonga, de la mano de Bodegas Bentomiz, tal y como subrayan sus responsables, la pareja de residentes holandeses integrada por Clara Verheij y André Both. Proliferan asimismo las catas guiadas para residentes y turistas en localidades como Colmenar, con la iniciativa de Bodegas José Molina. Y la lista se extiende a otros territorios axárquicos, a municipios como Cómpeta, Almáchar o El Borge, históricos productores de vino y pasas.

El Consejo Regulador reconoce que estamos ante una de las denominaciones de origen más pequeñas del país, con apenas mil hectáreas «entre las dos denominaciones». Pero se trata de una de las denominaciones «más heterogéneas de todas». En apenas una hora u hora y media por carretera, se puede pasar de las empinadas laderas por las que se extiende la vendimia más heroica del país, en el interior de la montañosa comarca de la Axarquía, a las llanuras de Mollina.

«Son paisajes muy diferentes que, a través del enoturismo, pueden resultar muy atractivos como actividad complementaria para los turistas que deseen pasar las últimas semanas del verano en plena naturaleza», indican los propios viticultores. Además, las bodegas también son bastante diferentes entre sí: desde las denominadas «de garaje, de tratamiento arsenal o familiar, a las modernas bodegas industriales, con las últimas tecnologías en envasado».