­Ni las picaduras de mosquitos son excusa para no acudir a la playa en agosto. Ayer por la mañana no cabía ni un alfiler en la playa de la Misericordia, a pesar de ser una de las zonas más perjudicadas por la reciente plaga de mosquitos que ha afectado al entorno del Guadalhorce. Los bañistas, aunque con puntos de vista diferentes, coinciden en que la aparición de los insectos se produce al caer la tarde, por lo que por la mañana se puede disfrutar del sol en plenas condiciones. «Se está en la gloria, además este año el agua está muy limpia», apunta María Teresa Trujillo, que suele acudir a la zona más cercana a Huelin.

No obstante, señala que, hace tres semanas, su nuera se encontró con una gran cantidad de mosquitos en Sacaba Beach alrededor de las 19.30 horas. «Le atacaron los mosquitos cuando fue a coger el coche para irse, era horroroso», añade. Por esa misma zona pasaba Roberto cuando un mosquito le picó en el tobillo mientras corría por el paseo marítimo la semana pasada. «En el momento no me enteré, fue al día siguiente cuando comenzó a dolerme. Hasta llegué a pensar que era un esguince», declara.

Los afectados por los mosquitos indican que es entre el segundo y el tercer día cuando empieza a hincharse la zona de la picadura de un modo «muy exagerado» y se mantiene durante un largo periodo de tiempo. «El domingo tuve que ir al Clínico y me mandaron una pastilla y una pomada con cortisona pero, si no hace efecto en tres días, tengo que volver», explica Roberto, que dice sufrir «calambrazos» por todo el pie cada vez que se aplica la pomada. Ahora, cuando va a la playa, intenta acercarse lo máximo posible al límite de la Misericordia con la playa de San Andrés para evitar la presencia de mosquitos.

Allí, Antonia Marín, que acude cada mañana con su hijo, asegura no haber visto ese tipo de insectos por los alrededores. Aunque no dicen lo mismo en el Merendero Casa José, ubicado en la misma zona, donde los trabajadores afirman haber visto mosquitos a cualquier hora del día. De hecho, uno de los espeteros ha llegado a contarse más de tres picaduras en los últimos días, aunque la más grave fue en la pierna. «Me salió un bulto que parecía que tenía líquido dentro y estuve dos días con el tobillo hinchado», señala. En cuanto a la afluencia de público en la playa, indican que es «la misma de siempre» y que no les ha afectado al negocio.

Amplían las inspecciones. Por su parte, el Ayuntamiento continúa trabajando con la Junta de Andalucía para localizar el foco de origen de la última plaga de mosquitos, ya que el lunes se descartó la presencia de larvas en la depuradora del Guadalhorce. Así, los técnicos municipales y autonómicos volvieron a inspeccionar ayer el paraje natural de la desembocadura del río. En esta ocasión, tampoco se detectaron larvas pero sí se comprobó una importante cantidad de mosquitos adultos, frente a lo ocurrido en la anterior inspección. El problema es que, al tratarse de un espacio con protección medioambiental, no se pueden aplicar productos químicos contra los insectos.

Además, ante la alarma social generada, también se han inspeccionado el Parque del Oeste y puntos cercanos al puente situado junto al Martín Carpena, y se prevé que se apliquen medidas de desinsección en diferentes arquetas junto a inmuebles de la urbanización de Sacaba Beach. No obstante, el Ayuntamiento insta a mantener todos los espacios privados en condiciones higiénicas.