La vinculación vital de María Rojas con la calle Larios es total. Ha jugado un papel importante hasta en el amor de su vida. Relata que solía pasear delante de una cervecería que había llamada La Mar Chica, donde Francisco Martín Sáenz, al que ya conocía, solía estar esperándola para verla pasar: «Un día me dijo: ´¿Cuándo te vas a casar conmigo?´». Rápidamente, con desparpajo y cierta ironía, María Rojas respondió: «Cuando me compres La Mar Chica». Al cabo del tiempo compró el local para poner allí una de sus tiendas. Y se casaron. Más de 50 años de matrimonio certifican la solidez de la promesa en La Mar Chica.