­Las aguas de baño de las playas andaluzas mantienen unas «excelentes» condiciones sanitarias, según el informe que ha elaborado la Consejería de Salud sobre el estado del litoral correspondiente a la segunda quincena de agosto. Este estudio se basa en los análisis realizados por la secretaría general de Salud Pública y Consumo, adscrita también al mismo organismo.

En un comunicado, la Consejería explicó ayer que para valorar el grado de cumplimiento de los requisitos de calidad para el baño de las aguas, se tienen en cuenta los resultados analíticos, las tendencias de comportamiento de las aguas a través de los resultados microbiológicos, las posibles incidencias detectadas en las inspecciones y otras informaciones procedentes de las autoridades ambientales y locales.

Según estas consideraciones, el agua puede ser apta o no apta para el baño y, en este último caso, podrá existir prohibición del baño o recomendación de no bañarse.

Andalucía es la comunidad autónoma que controla el mayor número de playas y de kilómetros de costa de todo el país, en concreto, 581 kilómetros en 261 playas y 345 puntos de muestreo.

Las muestras de agua han sido analizadas para determinar los diferentes parámetros exigidos por la normativa vigente como los microbiológicos, transparencia, color, aceites minerales, presencia de espumas persistentes y sólidos flotantes.

Asimismo, son también aptas para el disfrute las veinticinco zonas de baño interior (ríos, embalses, manantiales) que se encuentran actualmente en temporada de baño y que se distribuyen una en Almería, tres en Cádiz, siete en Granada, nueve en Jaén, cuatro en Málaga y una en Sevilla.

De acuerdo con la Junta, la labor periódica de vigilancia de la calidad de las aguas de baño permite elaborar quincenalmente informes sobre el estado sanitario de las aguas de baño, que están accesibles en la web de la Consejería de Salud, hasta que finalice la temporada de baño el 30 de septiembre.

Salud recordó en el comunicado que los ayuntamientos son los encargados de mantener las condiciones de limpieza y salubridad de las zonas de baño, de colocar carteles informativos con las características, infraestructuras y medidas de seguridad, de vigilar los posibles puntos de vertido cercano para evitar riesgos y adoptar las medidas de gestión que le requieran las administraciones sanitarias y ambiental.