La actual interinidad del Gobierno, que lleva en funciones desde diciembre, ha obligado a frenar cualquier decisión que implique una nueva inversión o un desarrollo de proyectos futuros. Con la más que probable investidura fallida de hoy viernes en segunda votación, la posiblidad de unas terceras elecciones toma cada vez más cuerpo. Serían en Navidad, lo que en el mejor de los casos, tras la formación de Gobierno, nombramiento de cargos y tomas de nuevas decisiones estratégicas nos llevaría a un bien avanzado 2017. En juego, nada menos que 4.000 millones de euros para Málaga.

El presupuesto general del Estado de este año, aprobado antes de las elecciones del 20 de diciembre, y que quizás haya que prorrogar en breve, asegura el pago de las actuaciones en marcha, pero deja de lado el inicio o impulso de nuevos proyectos. El futuro de los Baños del Carmen, los estudios sobre el Tren Litoral, la llegada del Cercanías al PTA, o el futuro de la Biblioteca Pública del Estado en el convento de San Agustín, quedan en el aire. Y así seguirán, congelados a falta de que un Gobierno estable decida.

El panorama político no alimenta la estabilidad suficiente para que se impulsen los estudios y trabajos necesarios para poner en marcha nuevos proyectos. Las posibilidades de formar Gobierno, impulsadas por el PP con Ciudadanos, son ya remotas. Si se constituye un Gobierno que desplace al PP dejaría la actual agenda de trabajo en cuestión. Sería el nuevo equipo de gobierno el encargado de definir las prioridades inversoras, lo que podría cambiar el plan de trabajo o la orientación de algunas inversiones, acumulando nuevos retrasos.

El fracaso de las negociaciones abocaría al país a unas nuevas elecciones en Navidad. En el mejor de los casos, saldría de las urnas una posibilidad de formar un Gobierno a lo largo del invierno, que no tomaría posesión efectiva de sus responsabilidades hasta cerca de la primavera. A partir de ese momento empezarían a tomarse las primeras decisiones, sobre todo con la redacción del presupuesto para 2017. De nuevo quedará la incertidumbre de cuáles serán las prioridades del nuevo Gobierno y si relegará o impulsará los proyectos pendientes. No obstante, hay que recordar que los ocho grandes proyectos pendientes en la provincia han sido objeto de numerosas promesas incumplidas durante los últimos quince años. Tanto por el PP como por el PSOE.

Promesas pendientes. El listado de proyectos pendientes del Estado en la provincia está presidido por el llamado tren litoral, un proyecto que se ha llegado a prometer y anunciar avances durante los últimos veinte años, sin que se haya conseguido poner ni un metro de traviesa entre Fuengirola y Marbella y Estepona. Cómo construir sus 57 kilómetros de trazado por una zona muy urbanizada siguen siendo una incógnita. El Ministerio de Fomento ha iniciado varios estudios a lo largo de los últimos tres años, aunque todavía no ha presentado ningún resultado pese a los anuncios de la ministra de Fomento, Ana Pastor, en 2014 y 2015 sobre la inminencia de los resultados.

Este proyecto viene de largo y fue liderado por la Junta hasta 2008, anunciando incluso el inminente inicio de las obras, presupuestadas en 5.000 millones de euros y con un túnel de 57 kilómetros. La crisis llevó a la administración autonómica a ceder el testigo al Gobierno, que lleva replanteando el proyecto ocho años y buscando la mejor fórmula técnica para abaratar costes y disponer de una infraestructura viable. Por ahora se desconoce su presupuesto, aunque se incluyó una petición al Plan Juncker, de la UE, de 3.900 millones de euros para su construcción.

No es el único proyecto ferroviario pendiente. Hay al menos otros tres metidos en el congelador, a falta de definir su destino. El más ambicioso es el Corredor Ferroviario Mediterráneo, con financiación de la UE y que conectará la provincia con la línea ferroviaria que recorre todo el Levante hasta Francia y conecta con las grandes líneas europeas. El trazado elegido finalmente es interior, descartándose el litoral por su alto coste (más de 8.000 millones de euros). La idea es conectar Almería con Granada y Sevilla, con ramales con Córdoba y Málaga con Antequera como eje, combinando la línea de mercancías con la de pasajeros. Por ahora el grueso de la inversión se ha destinado a la zona de Levante, con más de 1.000 millones, mientras que el tramo andaluz ha recibido sólo 13 millones de euros.

Promesas con historia. Quedan por definir otros dos proyectos ferroviarios históricos. Llevar el Cercanías al PTA parece que ha revivido en los últimos meses, aunque su construcción está todavía lejana y pendiente de estudios que necesitan del impulso político. El soterramiento del tren del puerto de Málaga es otro de esos proyectos de compromiso político. Por ahora no ha pasado de estudios y redacción de proyectos, a la espera de que una decisión del ministro de turno impulse su ejecución. La ministra de Fomento anunció en enero del año pasado que «en las próximas semanas» se iban a licitar las obras del acceso Norte al Aeropuerto, por 38 millones de euros. El inicio de las obras sigue aguardando la firma de la ministra, a la espera de que la situación política se defina.

La Biblioteca Pública Estatal de San Agustín, con un presupuesto de 15 millones, es otra de las grandes promesas incumplidas desde hace casi una década y que depende de un compromiso político para su ejecución. Permitirá acoger unos fondos de 100.000 volúmenes que ahora están almacenados en la avenida de Europa.

La resolución de la reforma de los Baños del Carmen ha sido víctima de los vaivenes políticos. El inicio de las obras iba a ser en 2010. Mientras, el carril Bus-VAO (para vehículos con más de un ocupante) entre Torremolinos y Málaga se paralizó en 2010 y está con el proyecto hecho y sin impulsar.