El sistema educativo español lleva décadas acostumbrado, a la fuerza, al cambio. Siete leyes educativas desde 1970 dan cuenta de los vaivenes que ha sufrido la enseñanza en España, sin encontrar un modelo que tenga el consenso de todos los partidos políticos y que garantice la estabilidad en un tema de importancia capital. Pero el curso que empieza mañana con la implantación completa de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) no será el del cambio, sino el de la incertidumbre. La falta de Gobierno dibuja una situación inédita y surrealista, con profesores, padres y alumnos a la espera de saber si se mantiene o no el calendario de aplicación de la polémica ley que impulsó el exministro Wert. Los escenarios son varios en función de si el PP logra gobernar con el apoyo de algún grupo, si se forma un ejecutivo alternativo de izquierdas o si se convocan unas terceras elecciones. En cualquier caso, se adivina un corto recorrido para la Lomce, puesto que la norma suscita el rechazo de todos los partidos de izquierdas y de los nacionalistas y de que incluso se preveía su congelación en el pacto firmado entre el PP y Ciudadanos antes de la investidura fallida del candidato popular, Mariano Rajoy, el pasado 2 de septiembre.

Con este incierto panorama, mañana volverán a las aulas en Málaga 155.101 escolares del segundo ciclo de Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Especial. Son 1.900 estudiantes menos que el curso pasado, por la bajada del alumnado sobre todo en el 2º ciclo de Infantil, donde habrá 1.700 menos. Según indicó esta semana la delegada de Educación, Patricia Alba, pese a esta disminución el número de docentes se mantendrá «prácticamente igual» al del curso anterior, con lo que bajará la ratio en el último nivel del ciclo de Infantil. La media en Andalucía es de 21,4 alumnos por aula, como indicó el delegado del Gobierno de la Junta, José Luis Ruiz Espejo.

En cuanto al desarrollo de la Lomce en el curso 2016/17, en Andalucía, con el objetivo de «paliar sus efectos negativos», se seguirá la normativa autonómica aprobada que incluye, por ejemplo, asignaturas excluidas en la norma del Gobierno en funciones como Educación Artística o Educación para la Ciudadanía. Según la consejera andaluza de Educación, Adelaida de la Calle, también se mantendrá en Bachillerato la asignatura de Tecnologías de la Información en los dos cursos y se incorpora como novedad Programación y Computación para 2º de Bachillerato.

Este curso trae en Andalucía como principal novedad la implantación de la segunda lengua en Primaria (francés en general), en concreto en 3º y 5º, dentro del Plan Estratégico para el Desarrollo de las Lenguas. La apuesta por la enseñanza de idiomas también se concreta con la incorporación de 12 nuevos centros en Málaga a la oferta bilingüe. Algunos de los centros que se suman en la modalidad de inglés son los IES Pintor José María Fernández (Antequera); Nueva Andalucía (Marbella) y los CEIP Nuestra Señora de los Remedios (Cártama) y Luis de Góngora de Málaga. El Victoria Kent de la capital impartirá francés.

La transformación de la FP es otra de las prioridades de este curso para la Junta de Andalucía. El objetivo es adaptar la oferta de ciclos según la realidad productiva de la comunidad. Se seguirá impulsando la FP Dual, que favorece una formación eminentemente práctica. En el plano normativo está pendiente el paso por el Parlamento de la Ley de FP, cuya aprobación será una realidad antes de 2017, según lo manifestado el jueves en el Parlamento por la presidenta andaluza, Susana Díaz.

Becas y programas de apoyo

Respecto a las becas, la Junta mantiene las convocatorias de la Beca 6000, las Becas Segunda Oportunidad y las Adriano. Igualmente, continuarán los programas de lucha contra el absentismo escolar y la prevención del abandono escolar temprano. Respecto al cuerpo docente, la formación seguirá realizándose a través de los Centros del Profesorado, que el pasado curso organizaron más de 1.100 actividades.

Al cuerpo de profesores se refirió esta semana el sindicato CSIF Andalucía, que considera que se necesitan al menos 8.000 docentes más en Andalucía para garantizar «unos mínimos de calidad». Según CSIF, este déficit volverá a ocasionar que no se cubran las bajas inferiores a 15 días o que «las ratios en un número significativo de centros sean elevadas».

El sindicato también critica la, a su juicio, «desastrosa» implantación del segundo idioma «sin los recursos necesarios».

Por su parte, la Confederación Andaluza de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Confedampa) comienza el curso reiterando su oposición a la Lomce y a las reválidas.