Era algo que llevaba mucho tiempo fraguándose en el seno de Málaga Ahora, pero este jueves la disputa por el control del partido que irrumpió en las pasadas elecciones municipales con cuatro concejales en el Ayuntamiento de Málaga se convirtió en una contienda abierta. Llevaba en preparación y era notorio debido al manifiesto distanciamiento entra la portavoz de Málaga Ahora, Ysabel Torralbo, y Juan José Espinosa, todavía compañero de formación. El trasfondo del conflicto radica en una guerra de poder en la que Málaga Ahora acusa a Podemos de querer tomar el control del partido de forma velada, y a través de los militantes de la formación morada que ocupan a su vez cargos institucionales dentro del organigrama institucional, como es el caso del propio Espinosa. La dificultad de dilucidar el conflicto radica en el propio modelo de gestación de Málaga Ahora, ya que se trata de un partido instrumental que se nutre de un amplio abanico de adhesiones recabadas de varios fenómenos post15-M. Prueba de ello son sus propios concejales, que pertenecen a distintas formaciones políticas o provienen de diversos movimientos sociales.

Málaga Ahora tomó la iniciativa publicando por la mañana un comunicado, una vez que el pleno ordinario del Ayuntamiento sirvió para evidenciar el conflicto con la ausencia de Espinosa y dejando su butaca vacía. Entonces, aún a falta de conocer la decisión definitiva que iba a tomar en una asamblea celebrada por la tarde, y en la que se decidió que dejará el grupo de Málaga Ahora para integrarse en el de los ediles no adscritos. En el mencionado comunicado, Málaga Ahora acusa a Podemos de querer «disponer en exclusiva del control sobre las cuentas y el partido», o en su detrimento, como opción alternativa, dejar que Espinosa trabaje con total independencia para Podemos y que la formación morada dispusiera del 25 por ciento de los recursos de Málaga Ahora.

La formación liderada por Ysabel Torralbo rechaza de lleno estas alternativas, aludiendo a que «la propuesta de financiar con recursos de Málaga Ahora a otra organización roza la ilegalidad», además de esgrimir un claro conflicto ético y contrario a la vocación de la formación de mantener su autonomía como partido netamente municipalista.

Versiones opuestas. La guerra de relatos abierta en torno a la toma de control en Málaga Ahora se evidencia si se tiene en cuenta la versión ofrecida por el responsable de Organización de Podemos en Málaga, Nicolás Sguiglia, y en la que se califica de «un golpe de estado en toda regla, que surge en el momento en el que se trata de democratizar el control sobre las cuentas en Málaga Ahora». Esta decisión habría llevado, según asegura, a que Málaga Ahora decretara retirarle el derecho a voto en sus asambleas a todos los militantes de Málaga Ahora que también ocuparan cargos en Podemos. Esta tensiones en el seno de Málaga Ahora ya han tenido sus primeras consecuencias en forma de destituciones. El responsable de velar por la transparencia en las cuentas, David Castro, perteneciente a Podemos, ya ha sido destituido. Además, Rosa Galindo también destituirá a Sguiglia como asesor en la Diputación, en un puesto de cargo de confianza.