El coordinador del título desgrana alguna de las claves del éxito de esta formación superior, un curso que combina teoría con prácticas y por el que luchan para que se convierta en estudios reglados.

El título de Estudios Inmobiliarios pertenece a un sector que ha atravesado una profunda crisis. Sin embargo este año se celebra es la decimonovena edición de este título, ¿cuál es la fórmula?

Gran parte de la formación va dirigida a administradores de fincas, una profesión que no ha notado tanto la crisis del sector inmobiliario. Las comunidades de propietarios han tenido que seguir administrándolas y se habrá resentido en el aspecto económico pero no en su gestión.

Para los que aún no lo sepan, ¿qué supone obtener la titulación propia de Estudios Inmobiliarios?

El título consta de 185 créditos, que se distribuyen en tres años aunque son muchos los alumnos que lo cursan en dos. En el primero concentran el primer curso y parte del segundo, y durante el segundo año hacen lo que falta del segundo curto y el tercero.

La formación va dirigida a todo el campo inmobiliario dentro de los sectores de promoción, intermediación y administración, aunque se centra más en el apartado de administración. Lo suelen ejercer futuros administradores de finca o personas que ya están en el mercado labora y -el título- está reconocido por el consejo general del Colegio de Administradores de Fincas de España.

La docencia es semipresencial con clases los viernes por la tarde y el resto es on line.

¿Quién puede cursar el título?

Cualquier persona que cumpla los requisitos como son acceso a la universidad, el antiguo COU o la selectividad, eso sin contar los que hayan cursado una carrera universitaria, por supuesto, y si hay materias equivalentes se convalida. También pueden ingresar en el título aquellos que provengan del segundo grado de la formación profesional.

¿Hay algún perfil determinado de los estudiantes de este título?

No, no hay perfil determinado. Muchos lo realizan al salir de la universidad, retoman los estudios o para ampliar sus expectativas a pesar de estar inmersos en el mercado laboral.

La formación práctica cada vez es más importante tanto para las empresas como para el estudiante, ¿qué ofrece este título al respecto?

Cuenta con las prácticas curriculares que pueden realizar en empresas o despachos de administradores de fincas. Tenemos mucha relación con el Colegio de Administradores de Fincas de Málaga y gracias a ellos ofrecemos una docencia muy práctica. Todo ello conlleva a que el alumno acceda en buenas condiciones a la formación e incluso es interesante para los que están en el último curso ya que contamos con acuerdos con diversos despachos.

La pregunta que todos quieren saber, ¿abre las puertas a nivel laboral este título?

Yo creo que sí pero en la mayor parte va dirigido a la administración de fincas. Hay personas que hacen este título y ya trabajan en el sector y lo que hacen es mejorar su situación y aprovechar para colegiarse. Otros en cambio tienen intención de ejercer y el seguimiento que hacemos a los alumnos al salir de aquí nos dice que trabajan en el sector de fincas o en el inmobiliario.

¿Cómo ha evolucionado el título a lo largo de estas dos décadas?

Las cinco primeras ediciones eran presenciales. Había que venir cinco días a la semana, en jornadas de cinco horas diarias. Sin embargo, a partir de la sexta fue semipresencial porque muchas de las personas que lo cursaban tenían obligaciones profesionales y se les hacía muy difícil acudir a clase.

Además de esto, en el programa interno de cada asignatura se han realizado cambios para adaptarse a las legislaciones actuales, al igual que se han hecho otros cambios en los planes de estudio al incorporar las prácticas...

¿Cómo os habéis adaptado a los cambios que han ido aconteciendo en este ámbito?

Nos hemos adaptado bien a la enseñanza semipresencial y somos pioneros en utilizar las plataformas en las que se trabaja online ya que lo introdujimos en la sexta edición.

Cubrimos un sector en el que existe una demanda de formación. Y es que una parte de la crisis que se ha producido vienen del déficit de formación por parte de las personas que gestionaban el sector. Nuestros retos pasan por adaptarnos más aún a la demanda y lograr que nuestros estudios sean reglados. Es una petición que hacemos conjunta con el Colegio de Administradores.